La compañía valenciana Logitren, dedicada al transporte ferroviario de mercancías, controlada por la constructora Torrescamara y participada también por Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), redujo su cifra de negocio un 5,1 % en 2019 al situarse en 4,27 millones de euros. La dura competencia en este sector de actividad, dominado sobre todo por la firma pública Renfe y grandes compañías privadas, ha vuelto a lastrar la facturación de la firma con sede social en València, que anotó el último ejercicio unas pérdidas de 86.480 euros, frente a unos «números rojos» de 80.480 euros del año 2018.

La sociedad se integra en el Grupo Torrescámara, especializado en la construcción de obra pública y privada, que posee el 51,9% de las acciones de Logitren. Según indica su informe de gestión, las pérdidas de ejercicios anteriores reducían el patrimonio neto por debajo del 50% del capital, «situando a la sociedad en causa de disolución». Los administradores de Logitren convocaron una junta general para la aprobación de una reducción de capital para restablecer el equilibrio patrimonial así como una ampliación de capital posterior para dotar de liquidez a la compañía.

De este modo, en junio de 2019 tuvo que aprobar la reducción del capital social en un importe de 540.400 euros para compensar pérdidas, hasta dejarlo fijado en 405.300 euros, mediante la reducción del valor nominal de las acciones, que pasó a fijarse en 30 euros por título. Además, se acordó realizar una aportación posterior con el fin de compensar pérdidas por importe de 300.000 euros. Finalmente, el 24 de octubre de 2019 Torrescámara suscribió 3.827 nuevas acciones, de 30 euros de valor cada una de ellas, con lo que desembolsó un total de 114.810 euros. Además de Torrescámara y FGV -que controla en 29,8 % de Logitren- la firma de transporte ferroviario de mercancías también tiene como socio de referencia a Laumar (18,3 %).

Perspectivas

«La difícil situación actual debido a la pandemia mundial del coronavirus exige una mayor prudencia a la hora de analizar las perspectivas para el próximo año. El impacto de la crisis sanitaria -explica la empresa en su informe de gestión- es difícilmente cuantificable y por tanto habrá que esperar un tiempo prudencial para determinar en qué medida afectará a los distintos sectores económicos». Sea como fuere, mantiene una cartera de clientes que le permiten «mantener cierta visibilidad en los ingresos futuros y afrontar futuras inversiones que contribuyan al crecimiento», concluye la compañía valenciana.