La Unión Europea y China culminaron ayer las negociaciones sobre el acuerdo de inversiones que mejorará el acceso al mercado chino a las empresas europeas y les garantizará competir en mejores condiciones con las compañías del país asiático.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, lo anunció ayer tras reunirse con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el primer ministro chino, Xi Jinping.

El pacto llega tras siete años de negociaciones y después de que Pekín se haya comprometido con Bruselas a avanzar hacia la ratificación de las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), incluidas las relativas a los trabajos forzados; pero pasarán varios meses hasta la firma y su posterior entrada en vigor. Los bajos estándares laborales chinos, y el trabajo forzado en particular, eran la principal preocupación de los países europeos en relación a este acuerdo comercial con Pekín.

El pacto mejorará también la igualdad de condiciones para los inversores de la UE al fijar «obligaciones claras» para las empresas estatales chinas, prohibir la transferencias de tecnología forzosas y otras practicas que distorsionen la competencia, y reforzar la transparencia de los subsidios públicos. «Las compañías de la UE se beneficiarán a partir de ahora de un trato más justo cuando compitan en los mercados chinos», según los líderes europeos.

La UE y China intentarán además concluir un acuerdo sobre la protección de la inversión en dos años a partir de este acuerdo, algo que podría llevar varios meses, ya que el texto aún tiene que pasar el proceso de traducción y revisión.