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Ascer alerta del daño que un nuevo confinamiento haría a la economía

La patronal azulejera subraya que cualquier medida que reduzca la movilidad de las personas, como los cierres perimetrales, «impide la actividad económica y lastra la recuperación»

Planta de producción azulejera. | LEVANTE-EMV

La industria cerámica traslada su preocupación ante las medidas de contención que se puedan tomar ante el notable repunte de contagios de esta tercera ola de la covid, lo que «podría conducir a la paralización de la economía y la destrucción de empleo», se indica desde la patronal azulejera Ascer. En este contexto y ante un recrudecimiento de la evolución de la pandemia, desde Ascer se insiste de nuevo «en que es imprescindible que se tenga en cuenta la realidad económica y sus consecuencias en el tejido empresarial y en el empleo».

Desde la patronal se subraya que la tercera ola del virus «supone una grave amenaza para las empresas que ya atraviesan una precaria situación financiera y que se agravará si se aplican duras restricciones como en la pasada primavera». En este sentido se especifica que, a los cierres perimetrales de muchas regiones del país y las medidas de control de aforo, «se suman los cierres de algunos de los mercados estratégicos del sector como Reino Unido o Alemania y el más que probable cierre en Francia, lo que conducirá a un empeoramiento de la actividad comercial y una inmediata falta de liquidez en las empresas».

De hecho, desde Ascer se considera que las medidas sanitarias y de contención de la covid «son totalmente compatibles con el mantenimiento de la actividad empresarial, y si el sector público bien por recursos, bien por organización, no es capaz de garantizar la vacunación en un periodo razonable, el gobierno debería explotar esa colaboración público-privada para agilizar el proceso». Además se recuerda que tanto para la sociedad en general, como para la industria cerámica y para todos aquellos sectores eminentemente exportadores, «la vacunación es la llave para mantener la actividad comercial y de promoción a nivel internacional. Cualquier retraso en su aplicación nos pone a la cola entre nuestros socios europeos, limita nuestra competitividad y empora la imagen país».

Asimismo, Ascer advierte de las graves dificultades para la industria y la economía del país «si se toman medidas que puedan paralizar la actividad de la construcción o la actividad comercial de los puntos de venta de materiales, tiendas retail de cerámica y similares, como ocurrió en la primera ola». En este mismo sentido se especifica que, con datos de contagios disparados y una vez que se ha puesto de manifiesto que las vacunas no van a suponer una solución en el corto plazo, «se hace necesario poner en práctica una estrategia que garantice la viabilidad económica de las empresas, tanto de los sectores que están más dañados como de aquellos que estamos soportando la crisis, garantizando empleo y seguridad a nuestros trabajadores».

Por todo ello, el sector insiste en la necesidad de circulante y de ayudas directas, que entren que entren de forma tangible en la caja de las empresas en riesgo y garanticen su supervivencia, tal y como han hecho nuestros socios europeos. «La industria cerámica tiene un efecto tractor y multiplicador enorme ya que por cada empleo directo del sector, aporta 2,8 empleos adicionales a la economía española. Solo el clúster cerámico emplea a casi 60.000 personas en la fase de producción, y a más de 100.000 en la fase de distribución, comercialización e instalación un sector según realizado bajo el marco del convenio con la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico. Es vital, por tanto, que se tenga en consideración las medidas que puedan paralizar la economía, el cierre de empresas y la pérdida de más empleo», se puntualiza desde la patronal azulejera.

Piden no financiar las renovables

Por otro lado, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fritas, Esmaltes y Colores Cerámicos (Anffecc) asegura que el Anteproyecto de Ley sobre el Fondo Nacional de Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (Fnsse) «no se sostiene, pues para sectores intensivos en uso de gas natural, como el nuestro, el sobrecoste no es asumible e implica una importante pérdida de competitividad a nivel internacional, pudiendo repercutir en el empleo y aumentando el riesgo de deslocalización».

Esta normativa, aún en borrador, que ha emitido el Ministerio de Transición Ecológica, establece un reparto de los costes de financiación de la implantación de las energías renovables en España -7.000 millones de euros anuales- entre todas las empresas comercializadoras de energía (eléctrica, gas natural y productos petrolíferos), quienes repercutirán este sobrecoste en el consumidor final. El borrador determina que el coste se reparta entre todas las comercializadoras de energía, del tipo que sea, y no no únicamente las eléctricas como hasta la fecha; con el objetivo de que no se encarezca en exceso el precio de la electricidad y así poder tender hacia la progresiva descarbonización del país.

Desde Anffecc se asegura que no se comprende «que sectores que están considerados en riesgo de Fuga de Carbono por la Unión Europea tengan que asumir ahora otro coste energético añadido impuesto a nivel nacional, sin considerar la amenaza en términos de rentabilidad que supone para las empresas», señalan. Y es que, según indican tanto Anffecc como Ascer, el Fnsse entraría en vigor de forma escalonada en el periodo 2021-2025, incrementando para este ultimo año un 14 % la factura energética sectorial. «El incremento de costes es elevado y mermaría las posibilidades de seguir invirtiendo en I+D+i».

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