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El Santander pierde 8.771 millones por los deterioros aflorados por la pandemia

El beneficio ordinario de la entidad financiera fue de 5.081 millones, con un descenso del 38% debido al incremento de las provisiones

Economía.-(AMP)Botín reitera que Santander no está interesado en fusiones: "Harían falta cambios regulatorios en Europa"

El Santander perdió 8.771 millones de euros el año pasado, el peor resultado de su historia, como consecuencias de distintos impactos provocados por la pandemia del coronavirus. Los abultados números rojos se deben a varios factores extraordinarios que reflejan el deterioro de las perspectivas económicas: la devaluación en 10.100 millones de los fondos de comercio de varias filiales (que miden el valor de los activos intangibles, como la marca), la reducción en 2.500 millones de los derechos al menor pago de impuestos (activos fiscales diferidos, que compensan pérdidas pasadas con beneficios futuros) y los 1.146 millones reservados para pagar reducciones de plantilla (700 millones para España, donde recientemente ha pactado el ajuste con los sindicatos).

Se trata de las cuartas mayores pérdidas registradas por una empresa española tras las que sufrieron Bankia (19.056 millones en 2012), el Popular (unos 12.000 millones en el primer semestre de 2017, justo antes de su desaparición) y Catalunya Caixa (11.856 millones en 2012). La naturaleza de los números rojos es, sin embargo, bien distinta: mientras las tres primeras entidades padecieron un impacto real por su elevada carga de ladrillos tóxicos, el resultado negativo del Santander responde principalmente al efecto contable de la amortización de los fondos de comercio y los activos fiscales, con lo que no tiene impacto en su caja, liquidez, provisiones, morosidad, ni capital. «No prevemos que se repita», aseguró ayer su presidenta, Ana Botín.

El mayor banco español destacó que, sin esos impactos y los costes de reestructuración, su beneficio ordinario hubiera sido de 5.081 millones. Supone un retroceso del 38% provocado principalmente por los 3.500 millones en provisiones extraordinarias (entre 600 y 700 millones en España) que realizó para protegerse de las futuras pérdidas que le provocará la crisis del coronavirus cuando comience a aumentar la morosidad.

Demanda embalsada

La entidad prevé que la partida total de provisiones baje a partir de este año. Botín, así, afirmó tener una visión de «optimismo realista»: existe «incertidumbre» a corto plazo por el ritmo de vacunación, pero las vacunas van a ser un «fuerte catalizador» de la recuperación, a lo que se suma un crecimiento de los depósitos (9% en el banco sin tener en cuenta el tipo de cambio) que, a su juicio, implica una demanda embalsada que comenzará a fluir cuando la economía se recupere.

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