La planta valenciana de Gestamp se está adaptando para la producción de coches eléctricos con una nueva plancha hidráulica que le permitirá fabricar carrocerías más ligeras y resistentes con el objetivo de que los vehículos tengan más autonomía. El Consell ha concedido a la firma una subvención de 3,07 millones de euros para que modifique su línea de producción. La ayuda forma parte del plan plurianual de subvenciones para la transformación del tejido productivo puesta en marcha por la Conselleria de Hacienda en 2019.

La subvención obtenida por Gestamp, multinacional española dedicada a la producción de componentes para el automóvil con planta en el polígono de Almussafes junto a la Ford, está orientada a la adquisición de equipos y maquinaria para la fabricación de vehículos eléctricos y de los componentes necesarios para la fabricación del Ford Kuga. La inversión total que realizará la empresa servirá también para introducir mejoras que reduzcan el consumo energético durante su producción.

«El objetivo de Gestamp es fomentar el reposicionamiento de la planta valenciana dentro del grupo y en el mercado nacional e internacional, con el efecto tractor que ello comportaría en términos de empleo, económicos o de adquisición de tecnología puntera para la región», señala Juan Pérez, director general de Modelo Económico. Pérez destaca el interés de la multinacional por invertir en «nueva maquinaria que permita mantener la actividad de la planta, adaptarla a la nueva realidad 4.0 y con una apuesta por la protección del medio ambiente».

La planta de Gestamp en Almussafes está mejorando la línea de estampación en caliente, con la incorporación de una nueva prensa hidráulica y un nuevo horno de gas. Asimismo, intervendrá en la zona de células robotizadas de soldadura y ensamblado, para sustituirlas por equipos más eficientes energéticamente.

La nueva línea de estampación en caliente (que es donde la prensa modela el acero) está encaminada a fabricar carrocerías que pesen menos y al mismo tiempo sean más resistentes. De este modo, los componentes contribuyen a la disminución del peso del conjunto del vehículo (con la consiguiente rebaja de emisiones), así como una mayor autonomía en el caso de los vehículos eléctricos. Una vez acabadas las piezas en las líneas de estampación en caliente, comienza el proceso de soldadura y ensamblaje en las células robotizadas. El nuevo horno permitirá un ahorro energético de más de un 16%, mientras que las células robotizadas conllevarán una reducción del consumo eléctrico del 27%.