Los repartidores de la plataformas digitales serán considerados, por defecto, trabajadores asalariados y deberán ser las empresas las obligadas a demostrar, de manera argumentada y en cada caso, que estos pueden operar legalmente como autónomos. Este el principal acuerdo alcanzado este miércoles entre el Ministerio de Trabajo, los sindicatos y la patronal en la última reunión del diálogo social para consensuar una nueva ley del trabajo en las plataformas digitales. Esta ha finalizado sin un texto cerrado y sin acuerdo unánime entre todas las partes. Los agentes sociales esperan a que se les remita el redactado final del borrador para pronunciarse sobre si darán o no su beneplácito al proyecto de ley. Según los últimos datos de la patronal Adigital, unas 15.300 personas estaban en el 2019 empleadas en las 'apps' de reparto.

Varias fuentes conocedoras de las negociaciones señalan que la principal novedad consensuada entre las partes, tras más de tres horas de conversaciones, es que queda invertida la carga de prueba sobre la laboraldiad de los 'riders', emulando la legislación californiana. El Ministerio de Trabajo, tras casi cuatro meses de conversaciones, ha conseguido hacer entrar a la CEOE a las negociaciones. La patronal remitió horas antes del encuentro una nueva propuesta, rompiendo el enroque que había mantenido hasta ahora y Trabajo deberá estudiar ahora como la incorpora a su texto y mantener, a su vez, el apoyo de los sindicatos.

La división en el seno de la CEOE sobre la reforma de la regulación de las plataformas digitales ha condicionado desde el primer momento las conversaciones. Por un lado, firmas como JustEat, que opera mediante asalariados mayoritariamente subcontratados, veían con buenos ojos una nueva regulación que pusiera coto a su competencia. Dicho sector, encarnado por firmas como Glovo, Deliveroo o UberEats, opera con repartidores autónomos, lo que les permite asumir menos costes directos e intermitentes, pues si durante determinadas horas no tiene actividad no está obligada a pagar a sus 'riders'.

El último texto define por defecto la relación laboral de los repartidores de plataformas. Lo que limita el alcance inicial de la norma y lo restringe a este sector, pero permite que el acuerdo cuente con la participación de CEOE. Hasta ahora los repartidores de Glovo o Deliveroo operaban, por defecto, como autónomos. Y ha sido posteriormente cuando la Inspección de Trabajo o, mayoritariamente, los juzgados, han dictaminado que deben operar como asalariados. El nuevo texto contempla que deban ser las empresas las que prueben que entre los 'riders' y las empresas existe una autonomía "real". Con este movimiento, la CEOE acepta estabilizar en una ley una interpretación que mayoritariamente ya estaban realizando los tribunales.

Modelo californiano

Trabajo emula el modelo legislativo californiano para definir la 'laboralidad' de los trabajadores. Es decir, cuándo un trabajador debe ser asalariado porque sus condiciones de trabajo lo subordinan a la dirección de una empresa. O cuando puede operar como autónomo, porque reúne los condicionantes suficientes para fijar sus tarifas, elegir sus clientes o su metodología de trabajo, entre otros. Hasta ahora los magistrados españoles (con un caso en el Tribunal Supremo incluido) han fallado mayoritariamente a favor de la tesis de que entre los 'riders' y firmas como Glovo, Deliveroo o UberEats no existe autonomía real. Y que estas firmas los mantienen como autónomos porque mediante este modelo se ahorran costes para con la Seguridad Social, así como de organización interna.

El principio de acuerdo alcanzado entre Trabajo y los agentes sociales en esta materia pretende trasladar dicha interpretación de manera explícita al Estatuto de los Trabajadores. Queda por ver ahora la reacción de las empresas del sector que operan bajo dicho modelo y si acatarán la norma y laboralizarán a todos sus repartidores o tratarán de argumentar su autonomía para seguir operando bajo el mismo sistema.

Paradójicamente, en California los electores votaron recientemente romper con sus propio modelo para el sector de plataformas. Tras una ofensiva promovida por empresas como Uber, los votantes eligieron excluir a los trabajadores de plataformas de este sistema de carga de prueba. Es decir, los empleados de plataformas no deben probar su autonomía en California.