La gigafactoría de baterías para el coche eléctrico que promueve en Valencia Power Electronics conlleva una inversión de 2.000 millones de euros, la creación de 30.000 puestos de trabajo y un volumen de negocio anual de 2.500 millones de euros, según reveló ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, durante la presentación del proyecto. La factoría de Ford en Almussafes se ha implicado finalmente en el proyecto junto a la multinacional japonesa UBE y otra veintena de empresas punteras como Iberdrola y Stadler.

El proyecto valenciano compite con un consorcio vasco-catalán que aspira a instalar la gigafactoría en el País Vasco (los componentes eléctricos) y Navarra (el ensamblaje final) y con el que la Generalitat catalana quiere sacar adelante en Barcelona para cubrir el hueco que va a dejar libre la factoría de Nissan. El Gobierno de Pedro Sánchez respaldó ayer públicamente la propuesta valenciana para construir la gigafactoría de baterías eléctricas.

La Unión Europea fomenta la instalación de 10 gigafactorías de baterías en todo el continente para el despegue del coche eléctrico y el Gobierno aspira a que la del sur de Europa se construya en España (que es el segundo productor europeo de automóviles). La Generalitat Valenciana impulsó en 2019 un grupo de trabajo para armar un proyecto liderado por empresas locales que está comenzando a dar sus frutos. Raül Blanco  (secretario general de Industria y pyme en el Ministerio de Reyes Maroto) explicó que el Gobierno lleva dos años trabajando con el equipo de la Conselleria de Economía (con la secretaria autonómica Rebeca Torró y la directora general Empar Martínez Bonafé al frente) para sacar adelante el proyecto. «Para nosotros, una de las prioridades es la automoción. Tenemos que afrontar la transformación de la automoción en España (con la revolución eléctrica) y ahora disponemos de los fondos (del programa de reconstrucción europeo) para acometerla», apuntó Blanco. El representante de Industria incidió en que en este contexto en Valencia tiene un papel esencial Ford y toda la industria auxiliar del automóvil (que dan empleo a 30.000 personas).

La gigafactoría valenciana de baterías (que incluye un centro de investigación) implicaría la creación de otros 30.000 puestos de trabajo, según un estudio de la consultora McKinsey para Power Electronics. La multinacional valenciana (que tiene su sede principal y terrenos para crecer en Llíria) lidera el consorcio en el que se han integrado otras 22 empresas: Ford, Stadler, Iberdrola, Zeleros, UBE, CEV Technologies, Idom, Ampere Energy, Nutai, Astondoa, Grupo Segura, Endurance Motive, Fácil Solutions, Grupo Valautomoción, Grupo Gimeno, Inelcom Technology, Itera Mobility Engineering, Hess, Infamol, Mettecno, Torrecid y Witrac. Además, se han implicado en el proyecto el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), el Instituto de Ciencia Molecular de la Universitat de València (Icmol) y el Instituto Tecnológico de Química de la Universitat Politécnica de València (ITQ). Todavía no está clara la ubicación de la gigafactoría.

David Salvo, CEO de Power Electronics, destacó que si el proyecto sale adelante significará «asegurar el futuro de la industria del automóvil en España». «Esta propuesta es la más ambiciosa de todas las que se han presentado hasta la fecha en Europa. No se trata solo de una iniciativa industrial impulsada por varias empresas con la ayuda de entidades públicas, es un proyecto basado en la generación de conocimiento con carácter privado y público en el que las universidades van a disponer del centro de investigación más avanzado del mundo». La Generalitat Valenciana ya ha presupuestado para este año un millón para el centro de investigación de baterías vinculado al proyecto.