Un tercio de los valencianos alquilados soporta rentas excesivas para su sueldo, según revela el informe «La vivienda de alquiler en España» de CC OO. El análisis alerta de que casi un cuarto de millón (244.917) de ciudadanos de la Comunitat Valenciana destina más de un 30 % de sus ingresos a pagar el alquiler y una parte importante de ellos está en riesgo de pobreza o exclusión social. En el otro lado de la balanza, la mayoría de los caseros tiene dos o más viviendas en propiedad y está aumentando el interés de los fondos de inversión y de las constructoras por entrar en este segmento del mercado de la vivienda.

La Comunitat Valenciana lidera la escalada de precios en España por la falta de oferta. El coste de los alquileres en la ciudad de València se ha doblado en los últimos cinco años por el tirón de la demanda extranjera. Las rentas se han estabilizado en los últimos meses, pero los expertos auguran nuevas subidas en cuanto pase la incertidumbre provocada por el coronavirus y vuelva el turismo.

El análisis del sindicato incide en que las familias que viven de alquiler «tienen peores condiciones económicas y realizan un sobreesfuerzo para hacer frente a rentas excesivas que fija un mercado ineficiente y especulativo». Según el estudio, elaborado con datos de la Encuesta de Calidad de Vida de 2019, un 26 % de las personas que vive de alquiler pertenece a hogares que no superan los 14.000 euros anuales de ingresos, un 36 % ingresa entre 14.000 y 26.000 euros y un 25 % gana entre 26.000 y 40.000 euros al año.

En la última década, las mayores dificultades de acceso a la vivienda en propiedad han convertido el alquiler en la primera opción para la población joven, aunque también ha ganado peso entre la población de entre 30 y 64 años de edad. Entre los hogares encabezados por personas de entre 30 y 44 años, un tercio reside de alquiler.

El documento subraya que en las familias con menor renta se dispara el esfuerzo que realizan sus miembros para abonar el alquiler. A nivel nacional, el 84 % de los inquilinos que ganan menos de 14.000 euros destina «un porcentaje excesivo de sus ingresos a pagar el alquiler. El 23 % gasta entre el 30 % y el 50 % de sus ingresos para hacer frente a las rentas y el 61 % abona más del 50 % de su salario».

El estudio del sindicato subraya que dos de cada tres inquilinos que soportan alquileres excesivos se encuentran en una situación de «alta vulnerabilidad». El informe precisa que el 38 % está en riesgo de pobreza y el 12 % tiene carencias materiales severas.

A diferencia de los inquilinos, la gran mayoría de los arrendadores tiene ingresos superiores a 40.000 euros y un bajo riesgo de pobreza o exclusión social. El 34 % es propietario de una vivienda, el 42 % tiene dos inmuebles, el 16 % dispone de tres casas y el 8 % disfruta de cuatro o más propiedades. Además, las sociedades de inversión cotizadas en bolsa (las socimi), los fondos de inversión y grandes inmobiliarias (ante la dificultad de vender viviendas a los jóvenes) se han posicionado con fuerza en este segmento del mercado. El estudio precisa que los grandes fondos y socimi suman 115.000 viviendas de alquiler en España, de las que la mayor parte está en manos de tres propietarios: Blackstone, CaixaBank y Sareb.