Las restricciones a la movilidad por la pandemia del coronavirus han lastrado un 24 % la facturación de la naviera Baleària. La compañía con sede en Dénia ha perdido 15,6 millones de euros en 2020 (frente a los 29 millones de beneficio neto de 2019) tras sufrir una caída del 52 % del tráfico de pasajeros y una bajada del 6 % del transporte de mercancías. Como contrapunto, el ebidta (resultado bruto de explotación) se elevó a 60 millones de euros.

La compañía facturó el año pasado 342,2 millones de euros frente a los 452 millones de 2019 castigada por el confinamiento y las posteriores restricciones de movilidad. El tráfico de pasajeros cayó hasta los 2,15 millones de viajeros (un 52 % menos). Sin embargo, el tráfico de mercancías (que aporta un 43 % de la facturación del grupo, un porcentaje similar al de pasajeros) únicamente descendió un 6 %. Durante 2020 y pese a las restricciones, Baleària mantuvo cierta actividad para ayudar a garantizar el transporte de bienes esenciales y la movilidad imprescindible a las personas.

«Las restricciones a la movilidad provocaron importantes caídas en todos los tráficos y se tradujeron en un resultado negativo, que nos ha hecho perder parte de solvencia e incrementar la deuda, pero hemos resistido gracias a nuestra fortaleza patrimonial y económica, fruto del trabajo de muchos años», destacó ayer el presidente de Baleària, Adolfo Utor, al hacer públicas las cuentas anuales.

Las rutas nacionales supusieron prácticamente el 94 % de los pasajeros, con un comportamiento variable según las zonas: en Ceuta y Melilla el tráfico se desplomó un 60 %, en Baleares la caída fue del 30 % y, sin embargo, las rutas con Canarias experimentaron crecimientos (20 %). Baleària fue adaptando los horarios y las rutas de forma flexible y reactiva, en función de la demanda.

Por otra parte, las rutas internacionales padecieron el cierre de fronteras y la cancelación de la Operación Paso del Estrecho, con una disminución en número de pasajeros del 85 %.

Baleària abrió una nueva ruta internacional entre Marruecos y Francia para atender a la demanda de repatriación de ciudadanos europeos, lo que se sumó a casi 50 operativas especiales coordinadas con distintos gobiernos.

La compañía ya contaba el año pasado con 6 buques que navegan con gas natural y que le permitieron dejar de emitir 37.000 toneladas de C02. Pionera en el transporte marítimo a gas, acaparó el 96 % de los suministros de gas natural licuado (GNL) a buques en España, la mayoría con un novedoso sistema de alta eficiencia, según explica la empresa.

Inversión de 37 millones en la terminal de València

Pese a la incertidumbre económica que ha marcado 2020, la compañía anunció una inversión de 37 millones de euros en la nueva terminal de pasajeros de València. La naviera busca que la estación marítima tenga el menor impacto ambiental posible y para ello utilizará energías renovables. Además, la empresa está a punto de comenzar a operar el fast ferry Eleanor Roosvelt en el que ha invertido 90 millones. Es el primer fast ferry del mundo para pasajeros y carga propulsado por motores de combustión interna a gas natural. Tiene capacidad para 1.200 pasajeros.