La entrada en vigor, ayer, de la suspensión de los aranceles impuestos por Estados Unidos a determinados alimentos de la Unión Europea como consecuencia de las disputas por las ayudas públicas a los fabricantes aeronáuticos Airbus y Boeing suponen un gran alivio para los exportadores de de aceite de oliva, queso o vino y abren la posibilidad de que estos negocios empiecen a recuperar cuota en dicho mercado tras dos años de fuerte caída. Pero no ocurre así para los cítricos, también afectados hasta ahora por unos aranceles del 25 % para los envíos a EE UU por la decisión que impuso el expresidente Trump.
El Comité de Gestión de Cítricos, patronal española que aglutina a los principales empresas exportadoras de naranjas y mandarinas, advierte que el veto comercio continuará ‘de facto’ ya que se mantiene la obligatoriedad de la inspección en origen en nuestro protocolo de exportación (Workplan) de clementinas a Estados Unidos, aunque no así para las naranjas. Este procedimiento burocrático conlleva que EE UU tenga que seguir enviando técnicos de su departamento de Agricultura (APHIS-USDA) a las explotaciones naranjeras españolas para poder inspeccionar los envíos antes de embarcarse hasta el país norteamericano, lo que encarece y complica las exportaciones de agrios.
Prueba de los demoledores efectos de los aranceles y de los estrictos controles fitosanitarios es que, desde el 18 de octubre de 2019, fecha efectiva de entrada en vigor de los aranceles adicionales del 25% ad valorem de EE UU a los cítricos españoles, únicamente se han exportado 921 toneladas de limones en la campaña 2019/20 y 287 tn. (también de limones) en la presente temporada 2020/21. En ese sentido, según informan desde la patronal naranjera, durante estas dos campañas el derecho adicional impuesto ha significado tener que vender nuestras clementinas muy por encima de competidores en el mercado de mandarinas e híbridos en EEUU (como Marruecos, California, México, Chile o Perú) «y nos ha expulsado de dicho mercado», asegura el Comité de Gestión de Cítricos. En otros tiempos, el sector naranjero español llegó a vender hasta 80.000 toneladas por campaña al país norteamericano, que representaba el principal destino de los envíos internacionales más allá de la Unión Europea.
¿Solución definitiva?
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, afirmó ayer que la suspensión de los aranceles «supone un gran paso para alcanzar una solución definitiva que permita desarrollar el marco de apoyo a la industria aeronáutica del futuro, abriendo la posibilidad a que otras disputas comerciales puedan igualmente resolverse».
Para la presidenta del Comité de Gestión de Cítricos, Inmaculada Sanfeliu, «hay que acoger con satisfacción la decisión de suspender las tarifas para permitir que se lleven a cabo las negociaciones y apoyamos todas las acciones necesarias para crear un campo de juego equitativo y una solución negociada de esta disputa con la que todos perdemos. Esperamos -puntualizó- que la suspensión temporal sea definitiva y exigimos que los cítricos no vuelvan a ser víctimas de decisiones y condicionantes políticos y geopolíticos ajenos a nuestro sector».
