El primer día de cotización de las acciones de CaixaBank, una vez absorbida Bankia, comenzó ayer con tendencia a la baja. Los títulos cedían al inicio de la sesión más del 1% en una sesión dominada por la falta de rumbo claro en el Ibex 35, pero luego vlvieron al terreno positivo hasta finalizar casi en tablas. Los 2.079 millones de nuevas acciones ordinarias de nueva emisión de CaixaBank fueron admitidas a negociación en las bolsas de valores españolas. Las acciones del banco cerraron finalmente a 2,59 euros, con un descenso del 0,80%, al primar la recogida de beneficios, y una capitalización de casi 15.500 millones de euros.
Las acciones de CaixaBank cerraron el viernes en bolsa a 2,611 euros, tras subir un 2,47%. El día antes de que se anunciase la fusión a principios de septiembre cotizaban a 1,816 euros, con lo que desde entonces se han revalorizado un 43,7%. En lo que va de año han subido un 24,3%, la tercera mayor subida de entre los ocho bancos cotizados españoles (por detrás de las de Bankinter y Sabadell) y muy por encima del 5,3% del conjunto del Ibex 35.
En el primer día operativo tras consumarse la fusión y después de un fin de semana en el que se iniciaron los trabajos de sustitución de la marca Bankia de los edificios más significativos, entre ellos su sede corporativa de las Torres Kio de Madrid, donde ya luce la estrella azul de cinco puntas que diseñó Joan Miró, el que será nombrado presidente en el consejo de administración de hoy, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, transmitieron a unos 8.000 directivos de la entidad a través de una videoconferencia un mensaje de «unidad y responsabilidad».
Ambos directivos, que el pasado viernes ya se dirigieron al resto de la plantilla a través de un video, trasladaron un mensaje de «unidad, confianza y responsabilidad» ante el reto de la integración, que se desarrollará en paralelo a la gestión de la crisis sanitaria y económica a lo largo de 2021. Goirigolzarri mostró su «alegría y orgullo por estar constituyendo el primer grupo financiero del país», aunque, al mismo tiempo, señaló que hay que ser «también conscientes» de la responsabilidad de la entidad y del «entorno complejo» en el que se tiene que desenvolver.
También destacó la importancia del equipo. «Una fusión entre dos grandes entidades exige grandes dosis de colaboración, de lealtad hacia el equipo y de una gran generosidad», apuntó. CaixaBank prevé entre 7.000 y 8.000 despidos, según varios medios.