El cambio de hora es sinónimo de cambio de temporada en el mundo de las aerolíneas. Es el pistoletazo de salida al verano, que en épocas prepandémicas era sinónimo de una avalancha turística hacia la Comunitat Valenciana. Ahora, pese a la mejoría sanitaria y al avance de la vacunación, las expectativas están todavía muy por debajo de aquel 2019 que marcó récord histórico de pasajeros en el aeropuerto de Manises, vía por la que arribaron más de ocho millones de visitantes foráneos a la autonomía. En cualquier caso, esa llegada de la temporada estival se deja sentir en Manises, que desde la semana pasada hasta julio podría recuperar casi un centenar de conexiones que el coronavirus congeló.

En concreto, en ese plazo se podrían reactivar hasta 96 rutas que se sumarían a las apenas 24 que se han mantenido activas desde València durante el invierno, multiplicando por cinco su capacidad y elevando el total hasta las 120. Como viene siendo habitual desde su desembarco en València, la voz cantante la lleva Ryanair. La low cost irlandesa capitaliza más de 50 de las conexiones que operará Manises hasta julio, siempre a expensas de la evolución sanitaria y de las restricciones existentes en cada momento.

Inmediatamente tras el cambio de hora inició vuelos con Ibiza, Menorca, Lanzarote, Roma, Santiago y Sevilla y durante esta semana ha ido añadiendo conexiones con Charleroi, Bolonia, Palma o Tenerife, sin bien el grueso se espera para mayo.

En esa previsión coincide con la mayoría de las aerolíneas, que tras la traumática experiencia de cancelaciones que sufrieron durante el pasado año, están optando por la cautela a la hora de lanzar sus programaciones veraniegas. De esta forma, Ryanair tiene prevista para ese mes la vuelta de 34 rutas, mientras Vueling espera recuperar una docena, Volotea cinco y Eurowing tres.

En su gran mayoría, son los enlaces internacionales en los que impera más la prudencia y casi todos aguardarán a mayo. Por ejemplo ocho destinos en Alemania, otros ocho en Francia o nueve en Italia. Por su parte Reino Unido, el mercado más jugoso para el turismo valenciano —especialmente con destino a la Costa Blanca—, sigue resguardado hasta el mes de

julio tras la decisión del Gobierno británico de prohibir los viajes por ocio por el miedo a que se importen nuevas variantes del virus que resten efectividad a la vacunas que se están administrando.

El ejemplo de Tánger

Esta misma semana se ha dado un caso que ilustra esta situación de incertidumbre que predomina en el sector de la aviación, uno de los más castigados por las restricciones a las que obliga la pandemia. El lunes 29 de marzo se estrenó en Manises la compañía Air Arabia con una conexión con Tánger. El primer vuelo, según aseguran fuentes cercanas al aeropuerto, fue un «éxito» al llenar el 80 % de su capacidad. Pero 24 horas más tarde Marruecos anunció el cierre de sus fronteras con España, dando al traste con esta nueva conexión y ejemplificando la volatilidad de las programaciones que manejan las compañías.

Para esta próxima semana, según las previsiones de la secretaría autonómica de Turisme, el conjunto de las aerolíneas ofertan 23.036 plazas con destino Manises, con Alemania y Suiza como principales emisores con unos 2.000 billetes disponibles desde cada país. Unas cifras que se mantienen estables respecto a las sacadas a la venta para esta Semana Santa, cuando también se ofertaron unos 23.000 asientos, si bien Aena todavía no dispone de datos sobre la ocupación.