Dependiendo de en qué comunidad autónoma se resida los impuestos que se pagan son distintos. Incluso en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) hay diferencias. Debido al margen fiscal que tiene cada autonomía, un contribuyente soltero, sin hijos y con menos de 65 años que tenga unos ingresos anuales de 20.000 euros puede pagar hasta 325 euros más según donde viva (en Cataluña tendría que abonar 2.510 euros y en el País Vasco solo 2.185). La Comunitat Valenciana ocupa una posición intermedia, dado que en este caso se tributan de media 2.329 euros, lo que implica 181 menos que Cataluña.
La situación es muy similar cuando el volumen de rentas se sitúa por debajo de los 30.000 euros. De nuevo, Cataluña ocupa la primera posición con 5.102 euros, mientras que la Comunitat Valenciana aparece en el medio de la table con 4.924. La diferencia es de 178 euros.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio «Panorama de la fiscalidad autonómica y foral 2021» que acaba de hacer público el Registro de Economistas Asesores Fiscales del Consejo General de Economistas de España. En el mismo se aprecia un cambio radical cuando se hace balance de las rentas que superan los 300.000 euros. En este caso, la primera posición corresponde a la Comunitat Valenciana, donde se pagan 135.168 euros, a una distancia sideral de Madrid, que está en último lugar y donde se tributan por valor en este caso de 118.885. En Cataluña, el dato se queda en 127.617.
Este balance trasciende un día antes de que empiece la campaña de la renta correspondiente al ejercicio 2020, que se inicia el 7 de abril.
