La entidad ha propuesto cuatro grupos de salidas para el ERE en función de la edad a 31 de diciembre de este año. Para los mayores de 63 años, ofrece 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades. Para los de entre 58 a 63 años con más de 15 años de antigüedad, una indemnización en pago fraccionado equivalente al 50% del salario pensionable descontando la prestación por desempleo y con pago del convenio con la Seguridad Social. Para los de entre 55 a 58 años con 15 años de antigüedad, el 50% del salario regulador con un máximo de dos anualidades. Y para el resto, 25 días por año trabajado con un tope de 18 mensualidades.

El grupo tiene 4.761 empleados de 55 años o más, 1.524 de 54 años, 1.410 de 53 años y 1.459 de 52 años: 9.154 en total, de los que un 30% están en Madrid y un 19% en Barcelona. La plantilla de Bankia tenía una edad media de 46,8 años, con 20,7 años de antigüedad media y un sueldo medio de 53.621 euros al año, mientras que la de CaixaBank antes de la fusión tenía 43,7 años, 16,3 años y 59.864 euros, respectivamente.

La dirección de CaixaBank planteó que el criterio preferente sea la adscripción voluntaria de los trabajadores al ERE. El banco podría rechazar salidas si se supera el límite que tiene previsto en cada área, departamento o provincia.

Además, no aceptará que más del 50 % de las bajas sean de personas mayores de 50 años para evitar que se produzca un «desequilibrio generacional». Como criterio secundario, propuso que, si no se alcanzan las salidas previstas con los voluntarios, la adscripción al ERE se realizará en función de la valoración del desempeño profesional de los últimos años.

El banco también barajó otras medidas salariales para ahorrar costes de su plantilla. Así, anunció a los sindicatos su intención de eliminar las pagas por defunción de familiares y nacimiento de hijos; la ayuda de hijos, que pasaría a ser un complemento personal; y las pagas especiales de 25 a 35 años.

La dirección de CaixaBank trasladó ayer a los sindicatos su intención de realizar un ERE que suponga el recorte de 942 puestos de trabajo en la Comunitat Valenciana como consecuencia de la fusión con Bankia. La previsión es recortar 528 empleos en Valencia, 253 en Alicante y 161 en Castelló. A nivel nacional, la rebaja será de 8.291 personas e irá unida al cierre de 1.534 oficinas (el 27% del total: de 5.639 a 4.105). El ajuste supone un recorte del 53 % de la plantilla que tenía Bankia (15.522), está por encima de las entre 7.000 y 8.000 salidas que se esperaban, y reduciría la plantilla del grupo en un 18,7% (de los 44.401 empleados actuales a 36.109). Se trata de una primera propuesta y lo habitual es que el banco la reduzca en el curso de las negociaciones con los sindicatos durante las próximas semanas, pero con casi total seguridad se confirmará como el mayor ajuste realizado nunca por un banco español.

Los sindicatos lamentan que la plantilla se encuentra en estado de shock por la magnitud del recorte. Victoriano Miravete, responsable del sector financiero de UGT en España, explicó que la entidad todavía no ha concretado el número de oficinas que va a cerrar en la Comunitat Valenciana. Miravete apuntó que la propuesta inicial es que la mitad de los despidos sean entre personas menores de cincuenta años. El representante sindical precisó que las dos entidades integradas tienen en Valencia 2.769 y el recorte es de 528, en Alicante suman 1.169 y el ERE afecta a 253 y en Castelló son 508 y la propuesta es eliminar 161 empleos. Miravete incidió en que CaixaBank les informó de que quiere tener cerrado el ERE antes del 30 de junio.

A nivel nacional, las salidas de empleados se producirían en los servicios centrales (1.148 de sus 4.278 empleados: 26,8% del total), trabajadores que dependen de los servicios centrales pero están ubicados en las direcciones territoriales (463 de 1.764: 26,2%), las propias direcciones territoriales (250 de 751: 33,3%), la red de oficinas (5.742 de 35.577: 16,1%), las filiales (630 de 630) y en personas que están en excedencia remunerada (58 de 58).

Teniendo en cuenta solo las territoriales y sucursales, el mayor ajuste en números absolutos con diferencia se concentrará en la provincia de Madrid (1.511 de sus 7.171 empleados, el 21 % del total), por delante de las de Barcelona (595 de 6.280: 9 %) y Valencia (528 de 2.769: 19 %) y, a más distancia, Murcia (410 de 1.351: 30 %) y Baleares 358 de 1.661: 21 %). Las cifras de la capital española y catalana, en todo caso, subirán aún más debido al ajuste de los servicios centrales, ubicados principalmente en ambas ciudades, si bien el banco no ha asignado un reparto territorial entre ambas.

La secretaria de organización y medios de CC OO en CaixaBank, Ruth Bolaños, incidió en que las cifras de despidos «son muy altas. Ha sido un shock muy grande. Son números dramáticos. La plantilla no da crédito porque es una entidad financiera que gana dinero. El anuncio de que la mitad de los que se vayan deben tener menos de cincuenta años demuestra que quieren que se marche la plantilla más barata. Vamos a intentar reconducirlo».

Caída de ingresos

El grupo financiero, asesorado por el despacho especializado Sagardoy, ha justificado la necesidad de realizar el ERE por la caída de los ingresos, la lenta recuperación del crédito y los tipos de interés bajos con que el Banco Central Europeo (BCE) lleva años tratando de reactivar la economía de la zona euro (son buenos para la actividad, pero malos para la rentabilidad de las entidades financieras). También ha esgrimido, según los sindicatos, que el ratio de eficiencia (relación de ingresos y gastos, peor cuanto más alto) es elevado, lo que aleja a los inversores en bolsa, y que la digitalización está transformando el sector (menor uso de oficinas y mayor de canales remotos).

«Mala noticia»

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, aseguró ayer que el Ejecutivo considera una «mala noticia» los planes de CaixaBank, entidad de la que el Estado posee un 16,1%. «El Gobierno siempre lamenta que cualquier empresa vaya a promover un ERE que implica pérdida de puestos de trabajo, cuando se sabe que el Gobierno está en un esfuerzo titánico a través de los ERTE para sostener el empleo», afirmó tras el Consejo de Ministros.

Con todo, aseguró que el sector financiero tiene que completar su proceso de reestructuración para que España cuente con entidades «fuertes a nivel comunitario» y añadió que los dos bancos habrían presentado un ERE mayor por separado. La ministra subrayó que el Ejecutivo, «en la medida en que pueda influir», tratará de minimizar la pérdida de empleo.