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Los agricultores ganan hasta 6 veces más arrendando la tierra para plantas solares

Unos 300 propietarios ceden parcelas para parques fotovoltaicos en la ‘Toscana valenciana’

Planta solar de Edisun Power en Requena. | LEVANTE-EMV

Los agricultores valencianos ganan hasta seis veces más arrendado sus tierras para parques fotovoltaicos que cultivándola. Los promotores de parques solares pagan en la Comunitat Valenciana hasta 2.500 euros por hectárea al año frente a los 400 euros que se obtiene con los cultivos de secano. Frente al rechazo que han causado los proyectos en algunas zonas agrícolas como La Font de la Figuera o Chiva, los empresarios insisten en que buscan sobre todo campos baldíos porque obtienen más rentabilidad. En La Font de la Figuera la controversia ha llegado al punto de que la Denominación de Origen Valencia se ha posicionado en contra de la instalación de placas fotovoltaicas en la zona de Terres dels Alforins (paraje conocido como la Toscana valenciana por su semejanza con la región vinícola italiana). La asociación Unión Española Fotovoltaica (Unef) -que con 532 asociados representa al 90 % de los promotores de parques solares- apunta que 300 propietarios ya han firmado el arrendamiento de sus tierras en la Toscana valenciana.

La ley autonómica que regula el despliegue de parques solares (aprobada el verano pasado) impide promover este tipo de instalaciones en parajes protegidos y con un alto valor medioambiental. La consellera de Agricultura, Desarrollo Rural y Emergencia Climática, Mireia Mollà, advirtió durante la tramitación de la ley que hay «suelos manifiestamente incompatibles» con el desarrollo de plantas solares como los que se encuentran en «parajes naturales, parques naturales o la Red Natura 2.000». La prioridad para la Conselleria de Agricultura (controlada por Compromís) fue mantener «el territorio verde» y apostó por la instalación de este tipo de plantas en «suelos más degradados» siempre que «no estén en zonas inundables». En este contexto legal, los promotores de parques solares no pueden cometer «aberraciones» que «atentan contra el sentido común», según advirtió hace dos días el presidente de la patronal valenciana de energías renovables (Avaesen), Marcos J. Lacruz.

José Donoso, director general de Unef, reconoce que algunos proyectos valencianos tienen «ciertos problemas» de receptividad social, pero insiste en por lo general son sostenibles. «La fotovoltaica trabaja por la biodiversidad. El objetivo de estos parques es cumplir con los objetivos de descarbonización (impuestos por Europa). La Generalitat busca el desarrollo de 6.000 megavatios (MW). Es una oportunidad. Durante 30 o 40 años esos terrenos van a ser un santuario y cuando agoten su vida útil los parques no van a dejar rastro», asegura. El directivo apunta que si se desarrollan todos los proyectos previstos para cumplir los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) ocuparán el 0,2 % del territorio dedicado ahora a cultivos y pastos. Donoso insiste en que las áreas forestales no están en peligro. «No tiene sentido promover un parque solar en un bosque -al margen de que en la C. Valenciana no se puede- porque el suelo debe ser llano y hay mucho terreno de estas características libre. Lo que sí buscan los promotores es que esté cerca de un punto de conexión a la red», aclara.

El director general de Unef precisa que en la Comunitat Valenciana se está pagando a los agricultores entre 1.500 y 2.500 euros al año por hectárea al año frente a la rentabilidad que obtienen con los cultivos que ronda entre los 150 y 400 euros (en tierras de secano).

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