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Cargadores de vehículos: conectores, tipos, fabricantes y legislación para su instalación

El cargador doméstico más habitual es el wallbox, o cargador de pared, habitualmente de 7,4 kW de potencia, que permite la carga de la batería del coche en una noche

Cargador de coche eléctrico

La llegada de los vehículos enchufables, sobre todo los 100% eléctricos, ha comportado la introducción de toda una nueva oleada de términos y palabras para definir las características de estos nuevos coches. Hablamos de potencia de carga, capacidad de la batería o cargador wallbox. Nuevas medidas, como los vatios, los kW o los kWh han entrado en juego y tener claro qué significa cada uno es importante. De los kWh de capacidad de una batería, por ejemplo, depende la autonomía de un coche.

Asimismo, los cargadores juegan ahora un papel importante, elementos que conviene conocer antes de comprarse un eléctrico. Saber sus características y cómo usarlos es clave. Existen varios tipos de cargadores y conectores que son compatibles con la mayoría de vehículos. Por ejemplo, el cargador Schuko es como se conoce en la industria al enchufe de casa, a la toma doméstica o convencional. Es el que más tardará en cargar el coche por su limitada intensidad, de hasta 16 amperios, y potencia, de hasta 3,7 kW.

Pero existen más tipos de conectores, como el Tipo 1 y el Tipo 2, también conocido como Mennekes. El primero es compatible con, sobre todo, los coches asiáticos, por ser más común en ese continente, aunque muchos vehículos europeos y estadounidenses lo admiten. Permite carga lenta y rápida, con intensidades entre los 16 amperios y los 80 amperios. Su potencia máxima es de 7,4 kW. 

El Mennekes, conocido así por la firma alemana que lo vendió por primera vez, es el más habitual en Europa. De nuevo permite la carga lenta, con una potencia de 3,7 kW con 16 amperios de intensidad, o la rápida, con hasta 44 kW de potencia. Es reconocible por los siete bornes de la toma. Es el conector habitual de la mayoría de cargadores domésticos de pared.

Los últimos dos tipos son los más habituales en los puntos de carga rápida pública. El primero es la toma el CCS, que permite la recarga en corriente alterna, con hasta 63 amperios y 44 kW de potencia, o carga continua, alcanzando potencias muy elevadas, aunque la carga es menos eficiente. Por ejemplo, los cargadores de la red Ionity disponen de tomas CCS Combo 2 de hasta 150 kW de potencia. Es la toma favorita para optar por la carga más rápida.

Por último, el CHAdeMo, que ha pujado por ser el estándar de carga rápida pero ha sido superado por el CCS, ofrece carga en corriente continua soportando potencias de hasta 65 kW. El CHAdeMo es la llave para convertir el coche eléctrico en un suministrador de batería, ya que permite la bidireccionalidad de la carga.

Tipos de cargadores y modo de carga

Una vez claros los conectores, conviene saber qué tipos de cargadores existen y en qué modo cargan. Para particulares, lo ideal es apostar por un cargador de pared o wallbox. Es la opción más económica y habitualmente las marcas ofrecen buenas ofertas. Son pequeños dispositivos que cargan el coche más rápido que el enchufe convencional, habitualmente con una potencia de 7,4 kW, pero garantizan la carga completa en una noche. Entre sus ventajas está la posibilidad de programar la hora para ajustarse a la tarifa y la capacidad de uso remoto desde el móvil. Su precio ronda los 600 euros.

El cargador portátil también puede servir para cargar en casa, pero son más recomendados para situaciones de emergencia. Cargan muy lento, con potencias de hasta 22 kW si se dispone de un toma de corriente Cetac, que no son habituales ni en casas, ni en establecimientos públicos. Cuestan alrededor de los 300 euros y son útiles para salir de un apuro.

Fuera de casa, las electrolineras o los puntos de carga públicos ofrecen un amplio abanico de velocidades de carga, entregando potencias inferiores a los 7 kW, lo que se conoce como carga vinculada según el Real Decreto 72/2019, o superiores a los 100 kW, lo que se conoce como ultra rápida. Los cargadores habituales en ciudad suelen ofrecer entre 7 kW y 40 kW, estando los más rápidos reservados a estaciones de carga de servicios o redes como la Ionity. La instalación de un cargador rápido, de 50 kW, ronda los 45.000 euros.

Todas las opciones con válidas para cargar el coche, aunque la batería prefiere la lenta que ofrece el Schuko o los cargadores wallbox de baja potencia. La carga rápida, además de ser más insegura e ineficiente, calienta la batería mermando, si se abusa de este tipo de carga, la vida útil de la misma. Tomando como referencia un vehículo con una batería de 40 kWh, cargar el vehículo puede oscilar entre los cuatro euros y medio en casa y los más de 17 euros en cargadores rápido de redes como los supercargadores de Tesla, en los que se piden, de media, 0,43 euros por kWh cargado.

Fabricantes de cargadores

Hay una gran variedad de fabricantes de cargadores, algunos, como Wallbox, establecidos en España. Los modelos de pared más instalados en el país son el Pulsar, el Commander y el Copper de Wallbox, el Policharger Tipo 2, el Circutor EHome o el Ingeteam Ingerev, entre otros. 

Mientras que firmas como Policharger se centran en ofrecer cargadores de uso privado o público pero de baja potencia, marcas como EVBox se dedican especialmente a los puntos de carga rápida o ultra rápida, aunque esta compañía también ofrece cargadores wallbox. Wallbox, por su parte ofrece tanto soluciones lentas, como rápidas, como el nuevo Supernova. Siemens, Bosch, WallboxOK, Orbis, Morec y Scame son otros nombres de empresas dedicadas a la carga de vehículos.

A las compañías dedicadas a la fabricación de cargadores se han sumado algunos fabricantes de automóviles, como Tesla, BMW, Audi, Volkswagen o Mercedes, que han desarrollado sus propias soluciones y ofrecen como opción a sus clientes con buenas ofertas.

Legislación y plan Moves III

Lo último en lo que hay que prestar atención antes de comprarse un coche eléctrico, una vez conocidos los cargadores y sus características, es en la legislación que regula la instalación de cargadores. Los usuarios de estos vehículos que dispongan de un garaje privado no tienen ningún problema, pero las dudas afloran en los que disponen de una plaza, por ejemplo en un parking comunitario. Estos deben saber que la Ley de Propiedad Horizontal, en el artículo 17.5, permite la instalación de un punto de carga privado en la plaza particular, aunque se deben cumplir unos pasos previos.

En un principio, si se llevan a cabo todos los procedimientos correctamente, la comunidad no se puede negar a la instalación del cargador. El interesado debe, eso sí, informar al presidente o el administrador de la comunidad y entregar una memoria técnica del proyecto de instalación que detalle cómo será la misma y si el usuario podrá conectarlo a su contador. El conductor deberá asumir los costes totales de la instalación y de su uso, para lo que deberá conectar el cargador a su contador de la luz o instalar un contador nuevo junto al cargador. 

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