El anuncio del último expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) planteado por la dirección de Ford para la factoría de Almussafes se solapó con la presentación de un ERE para 630 trabajadores presentado unas semanas antes, lo que eclipsó una decisión de alta trascendencia que afecta a 6.500 personas y que en sus 20 días de vigencia se llevará por delante la fabricación de más de 30.000 vehículos, un 10 % de la producción total de la planta valenciana de 2019.

Es el séptimo ERTE que sufre la plantilla de Almussafes desde el inicio de la pandemia, pero este no es uno cualquiera. Desde el momento de su comunicación a los sindicatos, la parte social alertó de la envergadura de este expediente y, sobre todo, de la incertidumbre acerca de su duración, ya que en este caso la causa trasciende a la covid y afecta a algunas de las industrias más potentes del planeta.

El motivo del paro, que arrancó la pasada semana en la planta de vehículos y que ayer vivió la primera jornada con ambas líneas —a la de producción se sumó la de motores— completamente a cero, es la falta de semiconductores que existe desde hace meses en todo el globo. Se han convertido en los objetos más preciados y las fábricas productoras, ubicadas en Asia, no dan a basto para cubrir la demanda.

Menos coches que en pandemia

Lo peor, según apuntan los expertos, es que ya se extiende el temor de que la crisis pueda prolongarse durante mucho más tiempo que esos 20 días de ERTE que ha impuesto la multinacional estadounidense en Almussafes. De hecho, los frenos a la producción se repiten por todo el globo. Solo en España, las plantas de Seat, VolksWagen, Stellantis y Mercedes, además de Ford, han enviado a casa a parte de sus plantillas para recortar el número de unidades diarias, que ya se han reducido en un 12 %. El número de unidades en 2021 podría ser menor incluso que el registrado en 2020.

En Almussafes la factura la pagará el turno de noche, que queda suspendido, y la fabricación de la Transit Connect, que desaparece durante toda la duración del ERTE, que se extiende hasta el 19 de julio.

Tal como informa el presidente del comité de empresa de Ford Almussafes, Carlos Faubel, las compañías comienzan a hacer cábalas por si se cumplen los peores presagios y la carestía se prolonga hasta 2022, y ya piensan en priorizar la producción de aquellos modelos con más tirón comercial, el Kuga en el caso de la planta valenciana.