El Gobierno estudiará si la megaplanta fotovoltaica que promueve en Chiva la empresa Falck Renewable Power necesita una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) para recibir su autorización. El proyecto ha generado un fuerte rechazo social porque ocupa una extensión equivalente a 566 campos de fútbol. Compromís ha pedido al Gobierno que paralice la megaplanta por el impacto ambiental que tiene. El senador Carles Mulet ha advertido al Ejecutivo de que la instalación fotovoltaica amenaza con arrasar la última dehesa valenciana con el arranque de miles de algarrobos centenarios.

El Gobierno ha contestado a Mulet que el proyecto todavía no cuenta con el permiso de la Administración y que tiene que pasar por la fase de información pública «donde se pondrá de manifiesto, en su caso, la existencia de problemas de tipo medioambientales. Será en ese momento en el que se deberá evaluar si resulta procedente o no la emisión de una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable y de una Autorización Administrativa Previa.

La macroplanta de Falck Renewable Power es de 420 hectáreas. Compromís denuncia que el impacto de la central fotovoltaica «será devastador» al ubicarse junto al paraje municipal protegido conocido como Sierra de Chiva. «Este paisaje tiene una función vital ya que se trata de corredores verdes de los que dependen muchas especies para su supervivencia», asegura el grupo. El senador Mulet alertó al Gobierno que están en peligro «158 árboles monumentales y once arboledas de algarrobos con ejemplares centenarios».