El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, defendió ayer a capa y espada, en medio de las presiones de diversos ministros del Gobierno central para que la banca reduzca los despidos, la necesidad de que la entidad financiera resultante de la fusión con Bankia acometa el anunciado expediente de regulación de empleo (ERE) para unos 8.000 trabajadores (de los que 940 serán de la Comunitat Valenciana). El principal ejecutivo de CaixaBank, tras presentar los resultados del primer trimestre de 2021, comentó que «hay que actuar o estarán e riesgo 43.000 empleados» del banco.

La nueva CaixaBank sumó en el primer trimestre un beneficio de 4.786 millones de euros, frente a 90 millones en el mismo período de 2020, debido a los impactos extraordinarios contables derivados de la integración de Bankia. Sin estos efectos extraordinarios, el beneficio del banco se habría situado en 514 millones, 5,7 veces más que en 2020, cuando los resultados se vieron afectados por las provisiones realizadas para hacer frente a la crisis de la covid.

Se trata de las primeras cuentas que incorporan a su balance los activos y pasivos del banco nacionalizado y las plusvalías contables resultantes del proceso de integración. Según Gortázar, quien descartó otros ERE, «hay margen para cambiar las cosas porque se necesita reducir los costes». Y garantizó que «no se contempla otro escenario que el de un expediente negociado» con los sindicatos, cuyo período de consultas empezará en breve. El CEO de CaixaBank dio por hecho que 500 trabajadores serán recolocados en empresas del grupo CaixaBank. Y que la empresa de recursos humanos Adecco impulsará la recolocación de los trabajadores afectados por el ERE en el mercado laboral.

Gortázar se mostró confiado en lograr un acuerdo con los sindicatos «en junio» y apeló al mismo tiempo a llevar a cabo «cesiones mutuas». Sobre el coste que puede tener el ERE para el banco no dio cifras, aunque sí defendió que el proceso debe acometerse ahora, y no de forma escalonada, para «no alargar la agonía tres o cuatro años».

El máximo ejecutivo de la entidad financiera justificó el ERE por los solapamientos derivados de la fusión y con los factores estructurales «muy fuertes de cambio de la economía». En ese sentido, explicó que existen dos grandes desafíos: el impacto de la digitalización en el sector financiero y la consecuente presión por la entrada de nuevos competidores, así como los tipos de interés negativos. En su opinión, los tipos de interés van a seguir negativos «durante muchos años», si bien recalcó que no es voluntad del banco cargar esta situación a los clientes vía nuevas comisiones.

Sedes operativas

Respecto a la situación de los centros principales de la entidad, CaixaBank -que mantiene su sede social en València- el consejero delegado indicó que «no pinta más una ciudad que otra» en referencia a los centros operativos de Madrid y Barcelona. Y que en la reestructuración del personal se tendrá en cuenta a las personas que quieran quedarse en su ciudad y se aprovecharán las ventajas que ofrece la digitalización de los procesos de gestión. «Después del ERE habrá servicios centrales tanto en Madrid como en Barcelona», puntualizó Gortázar.

El sueldo de los banqueros

El máximo responsable de CaixaBank defendió también que los sueldos de los banqueros están muy regulados y que son cosa del consejo de administración. Así lo reconoció al ser preguntado por unas recientes declaraciones de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, en las que cuestionaba estas remuneraciones en pleno contexto de crisis derivada de la pandemia. Sobre la reciente imputación del presidente de la Fundación Bancaria La Caixa, Isidre Fainé, y si tendrá consecuencias para CaixaBank, Gortázar comentó que no tendrá un impacto negativo en la reputación corporativa de CaixaBank.

Los representantes de los trabajadores de CaixaBank de CC OO, UGT y el Sindicato de Empleados de la entidad se concentraron ayer frente a la sede principal de CaixaBank en València. «Una empresa con beneficios no puede devolver a la sociedad despidos y recortes», aseguró ayer en declaraciones a Europa Press Sara Cutanda, secretaria general de CC OO de CaixaBank en la Comunitat Valenciana. Los empleados protestaron portando camisetas negras con el lema ‘#TodxsSomosCaixaBank’ y con gritos: ‘No se lo merecen’.