La agricultura ecológica sigue en auge en la Comunitat Valenciana desde hace un lustro. La superficie útil de este método de cultivo se elevó a 147.767 hectáreas certificadas (100.000 son de tierras de pastizales) hasta finales de 2020, lo que supone un incremento del 14,7 % respecto al año anterior. Además, el negocio generado por las 181.426 toneladas de productos alcanzó los 626 millones de euros, un 20% más que en el ejercicio precedente, lo que constata el «nivel de rentabilidad» continúa y con cotas cada temporada más altas en superficie ecológica certificada, operadores, facturación e industria asociada, según la Consellera de Agricultura, Mireia Mollà.

Viñedos, almendros y aceite de oliva son los productos que ganan más terreno en una actividad que resulta estratégica en la agenda verde del Govern del Botànic. Así, los datos reflejan la tendencia ascendente del sector, que supera los porcentajes de crecimiento con respecto al pasado ejercicio: más operadores, un 8,5% más que en 2019 hasta contar 3.544, y mayor superficie agraria útil destinada a cultivo ecológico, con 20.000 nuevas hectáreas.

La agricultura ecológica representa alrededor de un 6 % del total de las hectáreas totales cultivadas de la Comunitat Valenciana (sin contar campos para pastos) y se consolida en la autonomía, pues es cuarta en España tras Andalucía, Cataluña y Castilla-La Mancha. «Responde en positivo a algunos de los desafíos de la agricultura como la obtención de precios justos para las personas productoras, el relevo generacional o la visibilidad de la mujer en una actividad tradicionalmente masculinizada», según Mollà. En este sentido, tal como constata el informe del Comité Agricultura Ecológica (CAECV), la edad media del productor de ecológico es de 48 años (frente a los 65 años en todo el sector ), mientras que la mujer representa ya al 31% de los operadores; es decir, un 4,5% más que en 2019.

A la vista de la evolución de los cultivos, el secretario general de Agricultura, Roger Llanes, destacó ayer que la provincia de Alicante es la gran productora de hortalizas (tres veces más que Valencia), con 87.510 toneladas y acapara el 24 % de la superficie certificada, aunque tiene pocos operadores. Le siguen de cerca la de Valencia, con 86.296 tm mientras que Castelló, se sitúa en las 7.621 tm. Valencia representa el 51 % del total y ha subido un 27 % respecto al año anterior en una actividad que agrupa a algo más de 2.700 productores y 748 empresas en toda la autonomía. Llanes resaltó otra característica nuclear de la agricultura ecológica: la rentabilidad de sus cultivos respecto a los de la agricultura convencional. En esa cuestión insistió el director del CAEV, José Antonio Rico, quien sostiene que el producto ecológico del campo «se ha situado en el mercado, porque es rentable, si bien también necesita ayudas» para abaratar los costes de certificación y poder así acceder a mercados internacionales muy exigentes. «Somos la segunda autonomía en número de empresas operadoras de España y queremos que ninguna pequeña empresa se quede fuera de la actividad por falta de respaldo de las administraciones públicas», destacó Rico.

La conselleria destacó el «punto de inflexión» que ha supuesto el I Plan Valenciano de Producción Ecológica 2016-2020. Este programa, que el año pasado cerró su primera edición, ha colocado a la Comunitat a tan solo 7 puntos del objetivo europeo, que fija para 2030 un 25% de superficie certificada ecológica respecto a la total.

Papel de la distribución

Además, la administración autonómica mantiene su apuesta con el II Plan Valenciano de Producción Ecológica, según el director general de Desarrollo Rural, David Torres. El objetivo es continuar reforzando a esta actividad estratégica y extender el apoyo a otras figuras de la cadena ecológica como la distribución y el consumo.

Según Mollà, firmas como Mercadona, entre otras del sector, tendrían que «reflexionar y apostar» por poner «a disposición de sus clientes, que son los ‘jefes’, productos ecológicos en sus supermercados». En su opinión, «el señor Juan Roig (presidente de Mercadona) tiene que actuar en consecuencia porque cinco millones de valencianos le pueden hacer reflexionar».