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El accidente en Suez dispara los seguros de los megabuques y encarece el comercio exterior

El incremento de la capacidad de los barcos un 25 % respecto a la última década agrava el riesgo de siniestros de las embarcaciones, cuyas reclamaciones llegan a los 2.000 millones de dólares

El ‘Ever Given’, de la naviera Evergreen, estuvo encallado una semana a finales de marzo en la vía de navegación clave para los tráficos entre Europa y Asia. | SUEZ CANAL AUTHORITY

El movimiento de mercancías vía marítima por las principales rutas internacionales de navegación, como es el caso del Canal de Suez, clave para los tráficos entre Europa y Asia, sigue generando auténticos problemas al comercio exterior tras el reciente bloqueo causado por el buque Ever Given, de la naviera Evergreen. Los precios por mover un contenedor se han disparado, multiplicando por tres el valor que costaba a mediados de 2020. Según los índices de referencia que valoran los fletes, tal como indica Bloomberg, mover un contenedor de 40 pies (12 metros de largo) de ida y vuelta entre Shanghai y grandes puertos del Mediterráneo como València o Barcelona se están situando en la actualidad en unos 7.800 dólares, es decir más de un 200 % que hace un año.

El encarecimiento del transporte marítimo preocupa de lleno a los importadores de materias primas así como a grandes exportadores de la Comunitat Valenciana como el sector cerámico y el alimentario. Esa subida de precios tiene que ver con la falta de contenedores vacíos en los grandes puertos del mundo, ya que las navieras suprimieron entre un 30% y un 40% de sus buques durante el primer año de la pandemia.

Reactivación de la economía

Con la reactivación de la economía, a finales de 2020, el comercio mundial comenzó a recuperarse y fue cogiendo ritmo hasta que a finales del año pasado la situación se colapsó en todo el mundo porque las navieras no aumentaron la oferta de capacidad de carga. De hecho, los puertos asiáticos próximos a las grandes fábricas del mundo de bienes de consumo se van llenando de contenedores en las terminales, sin posibilidad de ser cargados por falta de espacio. Las navieras han aprovechado esa coyuntura mundial de escasez de contenedores y de oferta de carga para elevar los precios del transporte, que también se han disparado por el coste de los seguros.

Así lo confirma el socio director de la correduría Tractio Risk y experto en seguros marítimos, Rafael Real Sereix, quien ha participado esta semana en unas jornadas organizadas por la Universidad Católica de València (UCV) para analizar las consecuencias del accidente en el Canal de Suez. Según este experto en transporte marítimo, las embarcaciones « grandes y sofisticadas, que navegan por áreas de tránsito cada vez más peligrosas, incluidas las aguas polares, están agravando el riesgo de accidentes y, por tanto, de pérdidas. Las reclamaciones -indica- pueden oscilar entre 1.000 y 2.000 millones de dólares por daños a la carga, al casco, el salvamento y los costos de remoción de los restos del naufragio».

La capacidad promedio de los buques ha crecido un 25% entre 2014 y 2018, hasta alcanzar más de 14.500 TEU (unidad de contenedor de veinte pies) y su longitud a menudo excede los 366 metros. Los portacontenedores de la denominada clase Triple-E son incluso más grandes, con una capacidad de más de 18.400 TEU. En su opinión, la fabricación de este tipo de buques pretende reducir costes y emisiones durante el transporte, pero no se están desarrollando de igual forma las infraestructuras portuarias ni las vías de navegación, lo que aumenta el riesgo de siniestros de grandes magnitudes».

El mercado de los seguros marítimos lleva estos últimos años sufriendo muy malos resultados: el incendio del Maersk Honan, en el que se dañaron alrededor de un tercio de los 7.800 contenedores; en el Golden Ray se hundieron unos 4.000 coches y el de carga rodadaThe Grande America se hundió después de que su cargamento de vehículos y contenedores se incendiara. Además, el MSC Zoe perdió 290 contenedores como resultado del mal tiempo en el viaje de Portugal a Alemania, lo que generó graves daños medioambientales.

Al hilo de las perspectivas sobre el comercio internacional, el investigador del Ivie Francisco Alcalá aseguró ayer que la recuperación ha sido muy rápida y ya se ha retornado a los volúmenes anteriores a la crisis. En su opinión, la incertidumbre se centra ahora en el futuro del turismo, que «difícilmente recuperará los niveles de hace dos años y en los países en desarrollo, que no tienen la pandemia controlada y pueden entrar en una crisis profunda si no se les ayuda a conseguir las vacunas que necesitan».

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