Era el comentario más repetido entre los profesionales del sector, los habituales de Fitur y los trabajadores de la feria: «Está irreconocible». Las estrictas medidas de seguridad, un aforo limitado al 50 % y lo tardío de su celebración diseñaron una estampa impensable hace poco más de un año para una de las grandes citas mundiales del turismo.

Más allá de las numerosas intervenciones de los muchos políticos que siempre se dejan ver por Fitur, lo que de verdad importa en este tipo de eventos es tejer contactos con responsables del sector. Y eso pudo hacerse, pero solo con nacionales.

Diversos empresarios valencianos confirmaron que turoperadores, agencias de viajes y otros agentes turísticos internacionales han brillado por su ausencia en esta ocasión. Aunque, dadas las circunstancias, todos daban por bueno el reencuentro: «Tocaba estar aquí».