Casi la mitad de las poblaciones de la Comunitat Valenciana se habían quedado sin sucursal bancaria al cierre de 2019, según un informe presentado hoy por la Fundación Ramón Areces y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), en el que consta que 249 de las 542 localidades de la autonomía se encuentran en exclusión financiera. En concreto, el 45,9 % del total. La magnitud del problema baja de forma considerable cuando se analiza la población afectada. Se trata de 138.356 personas de un total de 5 millones, es decir, el 2,8 %.

Los datos revelan el severo empeoramiento que se ha producido desde 2008, cuando estalló la Gran Recesión que provocó la desaparición de numerosas entidades financieras, singularmente cajas de ahorros, y una inusitada concentración en el sector. El número de municipios sin oficina bancaria ha aumentado en un 26,4 % en esa década, mientras que la población afectada solo lo ha hecho en un 2,2 %.

Los resultados del informe en la Comunitat Valenciana son ligeramente mejores que los del conjunto de España, donde el 52,7 % de los pueblos (4.287 de 8.131) y el 3 % de los residentes (1,39 de 47 millones) están en exclusión. Ahora bien, en sintonía con lo que padeció la autonomía durante la crisis financiera, los datos son peores desde 2008, dado un aumento del 8,4 % en localidades y de un 0,9 % en personas.

Los datos varían mucho en función de las provincias. En Castelló, los pueblos sin oficina son el 65,9 % del total (89 de 135), y del 5,1 % en población (29.724 de 579.962), mientras que en Alicante ambos porcentajes son inferiores (40,4 % y 1,9 % en cada caso). En la de Valencia, hay 103 de sus 266 municipios sin sucursal (38,7 %) y 72.890 de sus 2,56 millones de habitantes (2,8 %).

El informe se centra en analizar cómo la concentración de la población facilita el acceso a los servicios públicos y privados, aunque “deja zonas oscuras en la España vacía”. En este sentido, indica que alrededor de un millón de personas (el 2,1 %) de la población tiene que invertir más de 45 minutos para llegar al hospital más cercano. Los datos de Valencia son mucho mejores, con solo 16,4 minutos. Está en la cuarta posición, por detrás de Guipuzcoa, Barcelona y Madrid, y justo por delante de Alicante (16,6). Más arriba aparece Castelló, con 21.

En cuanto a la accesibilidad geográfica a la educación obligatoria, “es buena en general ya que el 99 % del alumnado de primaria y el 93 % del de secundaria dispone de un centro escolar en su municipio de residencia”. En este sentido, Valencia es la provincia donde una persona que vive en una población sin centros educativos que imparten bachillerato menos tiempo tarda en llegar al centro más cercano: 9,4 minutos. Alicante sube hasta 11 y Castelló, a 13,7 %.