La Organización de Naciones Unidas ha escogido el Día Mundial del Medio Ambiente para presentar el Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas e instar a un movimiento mundial para recuperar el planeta. En este contexto, asegurar una adecuada protección del entorno es clave para la preservación de la biodiversidad y requiere la intervención de organizaciones expertas y comprometidas con este objetivo. 

Las empresas gestoras del agua muestran este compromiso a diario y, en este año de pandemia, han sabido combinar la prestación del servicio sin apenas alteraciones con el mantenimiento de medidas que les permitan proteger el medioambiente. Con la confianza de haber superado lo peor de la crisis sanitaria, el sector debe mirar hacia el futuro con la vista puesta en tres objetivos: la renovación de infraestructuras obsoletas, la digitalización de redes y contadores de agua y la eficiencia energética como motores de empleo, integración de los territorios poco poblados, economía circular y transición verde. 

El agua, absoluta prioridad en la emergencia climática

El estrés hídrico es una de las grandes amenazas que España debe afrontar urge anticiparse a la previsible crisis del clima y el éxito de las estrategias y políticas contra el cambio climático requiere incorporar el agua como vector estratégico y como eje prioritario de actuación. 

Las actividades del ciclo integral del agua están integradas en el medio natural y por eso el cuidado del medioambiente resulta algo intrínseco en el día a día de la gestión de estos servicios. Impulsar una transición justa que reduzca el consumo hídrico y energético, definir una estrategia con menos emisiones e implicarse en la recuperación y protección de los ecosistemas son obligaciones ineludibles para seguir garantizando la sostenibilidad del planeta y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Frente a estos retos que marcarán el desarrollo de las próximas generaciones, España cuenta con la baza de un sólido marco de colaboración público-privada. Tal y como reconoce Naciones Unidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, “estos objetivos solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación”. En este sentido, nuestro país cuenta con empresas que son líderes mundiales en la gestión del agua y cuya experiencia y capacidades técnicas se ponen al servicio de la ciudadanía. Y todo ello con la finalidad de garantizar la prestación futura de los servicios hídricos que actualmente disfrutamos con el mismo nivel de excelencia y sobre la base de la triple sostenibilidad: social, medioambiental y financiera.

Energía renovable

En esta línea se encuentra el primer acuerdo de compraventa de energía renovable a largo plazo, suscrito por Aqualia y pionero en el sector del agua, para suministrarse de energía verde, apostando por una transición hacia fuentes de energía más sostenibles.

Desde hace años, la compañía también trabaja en la reducción de las emisiones en su actividad. Aqualia fue la primera empresa del sector en registrar la Huella de Carbono para toda su actividad en España, según la Norma ISO 14064-1. Esto supone un valor añadido a los municipios en los que presta servicio, al desarrollar las actividades con el mínimo impacto ambiental y la máxima eficiencia energética, creando entornos más seguros.

Ser más sostenibles aún es un gran reto a largo plazo y Aqualia lo pone en práctica cada día con la gestión de más de cinco mil instalaciones (potabilizadoras, desaladoras, depósitos, bombeos, depuradoras), con la aspiración de alcanzar la máxima eficiencia, el 100% de la circularidad del agua, la creación de infraestructuras de alto rendimiento y la implantación de tecnologías propias de las ‘smart cities’ aplicadas al ciclo del agua. 

Biofactorías para la recuperación de los ecosistemas

Otro gran reto pasa por lograr que las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales se transformen en estaciones circulares o verdaderas biofactorías capaces de recuperar y transformar los residuos en recursos aprovechables, destinándolos a usos agrícolas o a su valorización energética. Para ello, Aqualia desarrolla líneas de investigación orientadas a la recuperación de materia orgánica para convertirla en subproductos “bio” con una nueva vida. 

Otro caso de éxito de las alianzas, en este caso de colaboración público-privada, es el que se está desarrollando desde hace años en Ibiza, donde Aqualia, gestora del Servicio Municipal de Agua, ha instalado un sistema de vigilancia y telecontrol de la red de distribución de agua potable. Esta tecnología monitoriza la interconexión de las tres desaladoras de la isla, lo que ha permitido optimizar el funcionamiento y aumentar el rendimiento de las redes. El resultado: las averías se han reducido a la mitad y la eficiencia de las redes ha mejorado, contribuyendo de esta manera a paliar la escasez hídrica.

Lucha contra el cambio climático

La Organización de Naciones Unidas ha escogido el Día Mundial del Medio Ambiente para presentar el Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas e instar a un movimiento mundial para recuperar el planeta. En este contexto, asegurar una adecuada protección del entorno es clave para la preservación de la biodiversidad y requiere la intervención de organizaciones expertas y comprometidas con este objetivo. 

Las empresas gestoras del agua muestran este compromiso a diario y, en este año de pandemia, han sabido combinar la prestación del servicio sin apenas alteraciones con el mantenimiento de medidas que les permitan proteger el medioambiente. Con la confianza de haber superado lo peor de la crisis sanitaria, el sector debe mirar hacia el futuro con la vista puesta en tres objetivos: la renovación de infraestructuras obsoletas, la digitalización de redes y contadores de agua y la eficiencia energética como motores de empleo, integración de los territorios poco poblados, economía circular y transición verde. 

El agua, absoluta prioridad en la emergencia climática

El estrés hídrico es una de las grandes amenazas que España debe afrontar urge anticiparse a la previsible crisis del clima y el éxito de las estrategias y políticas contra el cambio climático requiere incorporar el agua como vector estratégico y como eje prioritario de actuación. 

Las actividades del ciclo integral del agua están integradas en el medio natural y por eso el cuidado del medioambiente resulta algo intrínseco en el día a día de la gestión de estos servicios. Impulsar una transición justa que reduzca el consumo hídrico y energético, definir una estrategia con menos emisiones e implicarse en la recuperación y protección de los ecosistemas son obligaciones ineludibles para seguir garantizando la sostenibilidad del planeta y contribuir a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas.

Frente a estos retos que marcarán el desarrollo de las próximas generaciones, España cuenta con la baza de un sólido marco de colaboración público-privada. Tal y como reconoce Naciones Unidas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 17, “estos objetivos solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación”. En este sentido, nuestro país cuenta con empresas que son líderes mundiales en la gestión del agua y cuya experiencia y capacidades técnicas se ponen al servicio de la ciudadanía. Y todo ello con la finalidad de garantizar la prestación futura de los servicios hídricos que actualmente disfrutamos con el mismo nivel de excelencia y sobre la base de la triple sostenibilidad: social, medioambiental y financiera.

Energía renovable

En esta línea se encuentra el primer acuerdo de compraventa de energía renovable a largo plazo, suscrito por Aqualia y pionero en el sector del agua, para suministrarse de energía verde, apostando por una transición hacia fuentes de energía más sostenibles.

Desde hace años, la compañía también trabaja en la reducción de las emisiones en su actividad. Aqualia fue la primera empresa del sector en registrar la Huella de Carbono para toda su actividad en España, según la Norma ISO 14064-1. Esto supone un valor añadido a los municipios en los que presta servicio, al desarrollar las actividades con el mínimo impacto ambiental y la máxima eficiencia energética, creando entornos más seguros.

Ser más sostenibles aún es un gran reto a largo plazo y Aqualia lo pone en práctica cada día con la gestión de más de cinco mil instalaciones (potabilizadoras, desaladoras, depósitos, bombeos, depuradoras), con la aspiración de alcanzar la máxima eficiencia, el 100% de la circularidad del agua, la creación de infraestructuras de alto rendimiento y la implantación de tecnologías propias de las ‘smart cities’ aplicadas al ciclo del agua. 

Biofactorías para la recuperación de los ecosistemas

Otro gran reto pasa por lograr que las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales se transformen en estaciones circulares o verdaderas biofactorías capaces de recuperar y transformar los residuos en recursos aprovechables, destinándolos a usos agrícolas o a su valorización energética. Para ello, Aqualia desarrolla líneas de investigación orientadas a la recuperación de materia orgánica para convertirla en subproductos “bio” con una nueva vida. 

Otro caso de éxito de las alianzas, en este caso de colaboración público-privada, es el que se está desarrollando desde hace años en Ibiza, donde Aqualia, gestora del Servicio Municipal de Agua, ha instalado un sistema de vigilancia y telecontrol de la red de distribución de agua potable. Esta tecnología monitoriza la interconexión de las tres desaladoras de la isla, lo que ha permitido optimizar el funcionamiento y aumentar el rendimiento de las redes. El resultado: las averías se han reducido a la mitad y la eficiencia de las redes ha mejorado, contribuyendo de esta manera a paliar la escasez hídrica.

Lucha contra el cambio climático