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Feria València evita entrar en causa de disolución al no reclamarlo el auditor

El acuerdo entre la Generalitat y el Ayuntamiento sobre la deuda y la moratoria a los concursos hasta final de año permiten a la institución ganar tiempo mientras resuelve su encaje en el sector público para cancelar la cuenta acreedora

Visitantes ayer de Feria València en la apertura del certamen del coche de ocasión. | MIGUEL ÁNGEL MONTESINOS

Feria Valencia volvió ayer a celebrar un certamen tras casi un año en el dique seco por la crisis del coronavirus con la inauguración de la décimotercera edición de la Feria del Vehículo Selección Ocasión, la primera feria 100% presencial que acoge este año en el recinto ferial de Benimàmet. El salón del coche de ocasión arrancó «con plena normalidad y una alta afluencia de público comprador», según informó ayer tarde la institución. «Ha sido un arranque de feria ejemplar, prácticamente al mismo nivel que las ediciones pre-pandemia de la Feria del Vehículo Selección Ocasión», explicó el presidente del salón, el empresario valenciano Enrique Tomás. «Desde primera hora se ha notado una alta afluencia de público comprador, en busca de los primeros ‘chollos’ de la feria y las sensaciones son muy buenas entre los expositores. Tenemos confianza en que esta feria va a poder reactivar las ventas del sector», añadió.

Fuentes de Feria València explicaron a este diario que la previsión, como en ocasiones precovid, es que hoy por la mañana sea más bien «floja» en visitantes y que se espera la mayor afluencia el sábado y el domingo por la mañana.

La oferta del salón se equipara a las citas celebradas antes de la pandemia. En este sentido, los compradores encuentran una flota de coches en oferta de 1.500 unidades de vehículos de ocasión, seminuevos, km 0 y gerencia correspondiente a 40 expositores directos, entre concesionarios oficiales y distribuidores multimarca. Todas las marcas del mercado están presentes, ya que exponen 27 enseñas oficiales, entre ellas Alfa Romeo, BMW, Citroën, DS, Fiat, Ford, Honda o Kia.

Feria València ha eludido, al menos de momento, entrar en causa de disolución, una quiebra a la que la propia institución se veía abocada a finales de enero, tal como adelantó este diario, en vista de que no se solventaban sus problemas de endeudamiento y tampoco se despejaba su futuro. En aquel momento, el director general, Enrique Soto, remitió a los miembros del comité ejecutivo un informe en el que cifraba las pérdidas de 2020 en 92 millones como consecuencia de la losa que supone la cuenta acreedora con la Generalitat de 474 millones y aseguraba que, sin una solución antes del 31 de marzo, última fecha para la formulación de las cuentas de 2020, la institución se vería abocada a un «procedimiento de concurso» que «derivaría en la declaración de quiebra», tal como indicaría el auditor en su informe.

En estos días, los responsables de Feria València están cuadrando fechas con los integrantes del comité y el patronato para convocar sendas reuniones en las que se aprobarán las cuentas de 2020 y los presupuestos de 2021. Diversas fuentes empresariales consultadas por este diario aseguraron ayer que el informe de auditoría a aprobar en dichas reuniones no incluye la petición de declarar a la entidad en causa de disolución, que era lo que temían sus dirigentes que sucedería el pasado enero. Y cabía que lo hiciera porque en realidad la institución aún no ha solventado los problemas que la han traído a esta situación. Lo que sucede es que está en el camino de conseguirlo y, además, el Gobierno extendió hasta el 31 de diciembre la obligación de presentar concurso de acreedores a las empresas afectadas por la pandemia, como es el caso, que estuvieran en situación de insolvencia.

La clave que han tenido en cuenta los auditores, según las citadas fuentes, ha sido el fin del proceso de subrogación de la deuda ferial por parte de la Generalitat gracias sobre todo al acuerdo con el Ayuntamiento de València por el que este hizo una mutación demanial de los terrenos e inmuebles de su propiedad sobre los que desarrolla su actividad la feria. Era una cuestión que el pasado enero estaba en plena discusión y además con las posiciones enconadas entre ambas partes.

Paralelamente, la conselleria de Economía ha elaborado un decreto, que ahora analiza la Abogacía de la Generalitat, que transforma la naturaleza jurídica de la institución en una corporación de derecho público como las cámaras.

Pese a estos avances de tamaño considerable, sigue sin ponerse la clave de bóveda de todo este proceso: la cancelación de la cuenta acreedora, cuya existencia es la que induce a la Feria a estar en causa de disolución. Ahora, el debate está entre Economía y la Conselleria de Hacienda. Esta última dice que dicho proceso solo puede lograrse si la institución pasa a formar parte del sector público instrumental y rechaza que sea viable lograrlo bajo la fórmula que plantea el departamento que dirige Rafa Climent, mientras este último cree que la mutación demanial es suficiente para cancelar de una vez la mencionada cuenta. Una vez se pronuncie la Abogacía, será el pleno del Consell el que tendrá que tomar una decisión definitiva. A diferencia de la inquietud del pasado enero, las fuentes consultadas ven con tranquilidad la situación actual y creen que se llegará a un acuerdo y eso mismo parece que es lo que opinan también los auditores.

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