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La flota pesquera valenciana asegura que reducir un 7,5 % las capturas aboca a su cierre

Las 21 cofradías de la Comunitat secundan una jornada de huelga para rechazar el plan de recortes de la UE que deja en el aire el futuro de 330 empleos directos y la actividad de 175 buques

La flota pesquera valenciana asegura que reducir un 7,5 % las capturas aboca a su cierre

La flota pesquera de artes menores de la Comunitat Valenciana tiene un futuro incierto con los nuevos planes de recortes del 7,5% de las capturas que prepara la Comisión Europea para el litoral mediterráneo. Así lo entiende el presidente de la patronal de pescadores Coincopesca, Sergio Albiol, al entender que perjudicará seriamente el futuro de la pesca de proximidad y la viabilidad de las 21 cofradías profesionales valencianas, que podrían verse abocadas al cierre por falta de rentabilidad.

Ante ese panorama, secundaron ayer mayoritariamente una jornada de paros y protestas que dejó amarradas a los puertos las embarcaciones de un negocio que emplea a 330 marineros y patrones y posee 175 buques que utilizan técnicas como el palangre, la volanta, el trasmallo o el ‘caduf’. Capturan especies tan apreciadas gastronómicamente como doradas, sargos, meros, pulpos, sepias, langostinos o salmonetes, entre otras especies. Hay que tener en cuenta que, en 2020, la flota ya redujo un 20% sus jornadas de faena y para 2021 está previsto que se rebaje otro 8,3 % para los barcos arrastreros.

En esta movilización participaron marineros y armadores de arrastre, cerco y artes menores de las autonomías del litoral (Andalucía, Murcia, Comunitat Valenciana, Baleares y Cataluña). representantes de ayuntamientos y de algunos gobiernos autonómicos. Durante la jornada denunciaron la situación y solicitaron a la Comisión Europea y al Gobierno de España actuar para impedir la extinción de esta modalidad, una de las más tradicionales y sostenibles del litoral mediterráneo español.

Cómputo inviable

Según los pescadores, el citado plan de gestión de demersales (peces de fondo) de la Unión Europea, en vigor desde enero de 2020, está acabando poco a poco con la flota de arrastre mediterránea debido a las restricciones de horarios, días de trabajo y zonas de pesca que impone, y amenaza, según los pescadores, la actividad de un total de 600 buques españoles y más de 17.000 puestos de trabajo, entre empleos directos e indirectos. En los caladeros mediterráneos faenan un total de 3.400 barcos de la Unión Europea.

En opinión de Albiol, los barcos de la modalidad de arrastre necesitan un mínimo de 190 días de actividad anual para obtener un mínimo rendimiento. Con la aplicación de este plan «impuesto por la Unión Europea», únicamente se podrá pescar entre 160 y 170 días en el mejor de los casos, pero una parte de la flota no llegará a los 150 días, un cómputo «totalmente inviable», entre 2021 y 2022. Esta reducción irá en aumento progresivamente y de forma «calamitosa» hasta 2025. Las paradas forzosas que se anuncian para la flota de arrastre dejarán las lonjas «desabastecidas de pescado durante muchos días y, por tanto, de subastas y de compradores».

El rechazo a la reducción de días de faena se suma al descontento de los pescadores por las nuevas normas de control comunitarias, que plantean también medidas como la geolocalización obligatoria de los barcos

A la vista de los hechos, la Conselleria de Agricultura aprovechó la jornada de protesta de ayer del sector pesquero para exigir soluciones al Ejecutivo de Bruselas. De hecho, el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Antonio Quintana, anunció que va solicitar a la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que convoque con carácter de urgencia una reunión para abordar la puesta en marcha de un plan de viabilidad destinado a garantizar el futuro del sector pesquero que faena en aguas del Mediterráneo, cuyas perspectivas de futuro «se encuentran asediadas por las últimas y restrictivas exigencias» de la Unión Europea.

Responsables ministeriales de Agricultura y Pesca de la UE acordaron reducir el citado 7,5% las capturas de la flota de arrastre en el Mediterráneo para mantener los caladeros. Una medida que la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, calificó recientemente como «muy lesiva» para los intereses del sector pesquero valenciano, pues no puede competir con el de las embarcaciones de altura, que acuden a otros caladeros.

Decálogo de propuestas

Ante las dificultades para la flota mediterránea que entraña la referida decisión de Bruselas, las conselleries con competencia en materia pesquera de la Comunitat Valenciana y de Cataluña han estado colaborando para defender conjuntamente los intereses de los pescadores que operan en sus territorios y esa colaboración se ha plasmado en un documento que incluye un decálogo de medidas a adoptar, y del que ya se ha dado traslado a la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura. Entre las principales reivindicaciones que se plantean figuran tanto la necesidad de postergar, como mínimo hasta 2030, la obligatoriedad del objetivo del Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), que atañe al porcentaje de capturas autorizadas, como de reformar la orden ministerial que regula las jornadas de pesca.

Para la conselleria, estos aspectos resultan «fundamentales» y deberían «materializarse en la elaboración de un plan de viabilidad» para el sector pesquero mediterráneo, tal y como quiere plantear el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Generalitat con responsables del Ministerio en la reunión que ha solicitado y en la que también participará la patronal Coincopesca.

El Plan Plurianual de Pesca en el Mediterráneo occidental, adoptado en 2019 y en vigor desde enero de 2020 para regular la pesca demersal con el objetivo de lograr en 2025 el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), ha supuesto un camino lleno de escollos para la flota de arrastre que faena en estas aguas, según la patronal Cepesca.

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