El Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE) avanza en la obtención de materiales de altas prestaciones mecánicas gracias al empleo de la novedosa tecnología de sinter-cristalización, en el marco del proyecto Kersinter. Gracias a la sinter-cristalización es posible la obtención de materiales con buenas prestaciones mecánicas, como la resistencia mecánica a la flexión, al impacto o a la abrasión, entre otras, y a temperaturas inferiores a las utilizadas con otras técnicas tradicionales.

Según el equipo que ha desarrollado la investigación: «Combinando la adición de materiales inertes de elevada dureza, como, por ejemplo, el circón, con una matriz vitrocerámica obtenida mediante sinterización y cristalización controlada de mezclas de frita y caolín, se pueden obtener este tipo de materiales a los que llamamos composites».

Kersinter permite «utilizar residuos vítreos, como ventanas, envases, pantallas, tubos fluorescentes, residuos de fundición y de incineradoras urbanas», indican las mismas fuentes, que subrayan que estos tipos de residuos, mezclados con otras materias primas, «conducen a la fabricación de fritas que, mediante la sinter-cristalización, se transforman en una matriz vitrocristalina. En suma, estos composites pueden utilizarse como láminas cerámicas de altas prestaciones obtenidas a temperatura de alrededor de 1.000ºC, mientras que con las composiciones tradicionales se sitúa en torno a los 1.200ºC».