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Emilio Sampedro

"Las cooperativas se aprietan más el cinturón y así evitan los ERTE"

Sampedro considera que estas fórmulas de trabajo asociativo pueden servir de solución a la «precariedad y explotación» que sufren los empleados de plataformas digitales de repartos

Emilio Sampedro, junto a la sede principal de Fevecta, el pasado martes. | G. CABALLERO

Emilio Sampedro Baixauli (València, 1964) es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universitat de València y posee un grado de especialización en Auditoría y Contabilidad por la Universidad de Alcalá. Fundó una cooperativa de trabajo dedicada al asesoramiento y consultoría de empresas, que dirige en la actualidad. Esa tarea la compatibiliza con la de representación de varios cargos en organizaciones del sector.

Dice el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz que las cooperativas son el modelo empresarial del futuro.

Pues está todo dicho si lo dice un premio Nobel. Aunque yo lo matizaría un poco, ya que las cooperativas hemos tenido también pasado y, por supuesto, presente. Es un modelo del siglo XIX que surgió en plena revolución industrial cuando la economía especulativa crecía en toda Europa. Proponemos un modelo en el que ponemos al capital al servicio de las empresa y las personas en el centro de su acción. Y no al revés, como en las grandes sociedades de capital.

Solo un 0,42 % de los trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por la covid-19 son de cooperativas valencianas, ¿como han mitigado el impacto de la crisis?

De las casi 300 cooperativas de trabajo, que emplean a 1.800 personas, al final solo han cesado muy pocas. Somos más adaptables, más resilientes a la crisis. Cuando todos los trabajadores son socios propietarios tienen más facilidad para apretarse el cinturón en comparación con los asalariados y evitan ERTE. Sea como fuere, las de turismo y hostelería no han podido soportar la grave crisis por la paralización de la actividad y han tenido dificultades. Soy optimista de cara a la recuperación. Los niveles de facturación y empleo se están recuperando. Se están alcanzado niveles precovid y el ritmo de constitución de cooperativas no ha cesado. En 2020 se crearon 152 nuevas cooperativas y 358 nuevos puestos de trabajo estables. Prácticamente, son las mismas cifras que las existentes un año antes del estallido del coronavirus.

El tamaño, ¿puede condicionar su competitividad?

La competitividad a gran escala es más fácil llevar pero no hay ninguna teoría económica que demuestre que lo pequeño es sinónimo de escasa competitividad. Ahí está por ejemplo Caixa Popular: una entidad financiera rentable. El crecimiento no siempre garantiza ganar más. A veces, el problema es el tamaño pero existen mecanismos de cooperación y acuerdos de colaboración que benefician a varias cooperativas a la vez.

¿Las cooperativas se adaptan mejor a modelos de negocio en estos nuevos tiempos de economía global y de digitalización?

Ahí están las fórmulas de cooperativismo de plataformas digitales, comunidades energéticas locales, agrupaciones de consumidores o iniciativas en el ámbito de la vivienda. Estamos siendo punteros. Solucionamos los problemas como la explotación de trabajadores.

Esos modelos empleados por plataformas digitales, que suelen tener detrás multinacionales y que sobrecargan a los trabajadores, ¿podrían transformarse en cooperativas?

Por supuesto. En el caso de los ‘riders’ o repartidores a domicilio los modelos cooperativos podrían asegurar un trabajo digno ya que los resultados se repartirían entre los empleados. Plataformas como Glovo o Uber, que explotan a su personal, podrían mejorar. Y encajan a la perfección en las áreas de electricidad o vivienda, donde es relativamente fácil extender las ventajas a la comunidad de socios. Aportamos ideas al Ministerio de Trabajo para regular esas plataformas y que los trabajadores puedan autogestionarse. El beneficio no debe quedar sólo en manos de las grandes multinacionales.

¿Los jóvenes desconocen el funcionamiento de este tipo de sociedades?

Nos sorprende que los jóvenes lleguen aquí por convencimiento. Vienen buscando empleo y acaban montando una cooperativa. Pueden crearse su puesto de trabajo de manera diferente y que es colaborativa. El tramo de gente de entre 25 y 45 años de edad es el que viene en busca de asesoramiento. Lo que más demandan son actividades de servicios. Industria se crea poca. Se interesan por cualquier actividad, incluidas las tecnológicas, domóticas o de blockchain. En este último caso somos pioneros en España.

Existen dificultades en el Registro de Cooperativas.

Hay burocracia. No funciona con la diligencia debida. El Registro Mercantil tarda dos o tres días en inscribir un sociedad anónima o limitada mientras que el Registro de Cooperativas puede tardar más de quince días. Hablamos con la administración autonómica para paliar esa dificultad. También podría colaborar el Borme (Boletín Oficial del Registro Mercantil). ¡A ver si antes de que acabe esta legislatura la Generalitat soluciona esas trabas administrativas!

¿Es partidario de mantener la tarifa plana a los autónomos?

Por supuesto. El Ministerio de Trabajo está en ello. Al director general de la Seguridad Social le hemos dicho que la desaparición provocaría un efecto perverso. Gracias a la tarifa plana llegan muchos emprendedores al mercado. Es mejor así. Hemos impulsado empresas solventes y rentables. Sería un error de libro suprimir esas tarifas planas porque se trabajaría en economía sumergida porque la gente no se puede dar de alta. A las administraciones públicas hay que decirles que miren la recaudación global. No se debe castigar a muchos porque algunos aprovechen la tarifa plana para defraudar.

El cooperativismo valenciano, ¿se ha movilizado en estos últimos meses con vistas a captar financiación europea a través de los fondos destinados a paliar la crisis de la covid-19?

Hay fondos por valor de 842 millones de euros del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia, cuyo elemento central es el programa Next Generation EU. De esta forma, las cooperativas valencianas muestran tanto su capacidad de trabajo e innovación como la fuerza que tienen al convertirse en parte importante del tejido empresarial valenciano. Tenemos proyectos que encajan a la perfección. Lo hemos presentado tanto a la Generalitat como al Gobierno. Hay uno que se llama ‘Salva tu empresa’ para aquellas firmas en dificultades que puedan convertirse en cooperativas. Por otro lado, hay varios proyectos para ayudar a paliar el problema de la España vaciada y de la inmigración.

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