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Los agricultores destruyen patatas y cebollas ante las importaciones masivas

Los precios se hunden en el campo por debajo del 50 % de los costes de explotación tras la entrada de productos de Nueva Zelanda y Perú

Un agricultor destruye la cosecha de un campo de cebollas en un campo de Benaguasil. | LEVANTE-EMV

Las importaciones masivas de patatas y cebollas durante esta campaña ha jugado una mala pasada a los productores valencianos, quienes alertan de que esta acaba sin precios rentables en origen y sin demanda para la producción local. Desde el inicio de la temporada de recolección de dichos tubérculos las cadenas de distribución han preferido colocar en sus lineales las importaciones foráneas, procedentes de países tan lejanos como Nueva Zelanda o Perú. Mientras, en el campo, las compras han estado prácticamente paralizadas y cuando los comercios ofrecían precios a los agricultores estos eran «ruinosos e incluso en muchos casos no compensaban ni los gastos de recolección», según reconocen agricultores como José Barea (Benaguasil) y Jaume Valls (con explotaciones en València y Lliria).

En el caso de la cebolla, la cotización se desplomó hasta los 6 céntimos de euros por kilo; y en el de la patata, hasta los 10 céntimos de €/kg. Eso supone un 50% por debajo de los costes de producción en una gran mayoría de las explotaciones valencianas. «Si realmente nuestros políticos quisieran proteger el medio ambiente y luchar contra el cambio climático, deberían impedir que los supermercados inunden sus lineales con cebollas venidas desde Nueva Zelanda (a 20.000 kilómetros de distancia) mientras las nuestras se destruyen», denuncia el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado.

Por ello, la organización agraria exige que la reciente Ley del Cambio Climático y Transición Ecológica obligue a las compañías que importan productos agrarios procedentes de países terceros a calcular y dar a conocer a los consumidores, a través del etiquetado, la huella de carbono que provocan sus envíos de ultramar.

Presión del sector

Ante esta situación, las organizaciones agrarias se han aliado con entidades ecologistas y colectivos sociales de la huerta valenciana para tomar medidas desde una posición de unidad. Han mantenido reuniones con las principales organizaciones representativas de la distribución alimentaria -Asucova (supermercados) y Anged (grandes superficies comerciales)– para abordar «respuestas urgentes» a los graves problemas de comercialización. Las organizaciones también acordaron con el IVIA futuras vías de colaboración para realizar un estudio de costes de producción de las cebollas y las patatas en la huerta de Valencia así como de otros cultivos que están padeciendo problemas de mercado o tienen riesgo de ello. Se trata de las alcachofas, tomates, calabazas y melones, entre otros productos.

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