Un total de 8.246 trabajadores de Caixabank se han apuntado para salir en el expediente de regulación de empleo (ERE) pactado entre la dirección y los sindicatos el pasado 1 de julio. La cifra excede en el 21% el cupo de 6.452 despidos en los que se cerró el expediente y representa una cifra prácticamente igual a los 8.291 salidas que planteó inicialmente la dirección cuando presentó el expediente; según datos facilitados por fuentes sindicales.

El pasado 30 de julio se cerró el plazo para que los empleados que estuvieran acorde con las indemnizaciones y demás condiciones de salida se apuntaran para ser despedidos. La cifra final se ha visto incrementada en las últimas horas por un grupo de incedisos o rezagados, pues el pasado viernes rondaba los 7.900 voluntarios. Ahora Caixabank y los sindicatos deberán estudiar y negociar si los perfiles voluntarios se adaptan a los objetivos de salida de la empresa. Pues habrá personas dentro de esa lista de 8.246 adscritos que, o bien por perfil profesional o bien por localización geográfica (finalmente los cupos por edad se retiraron de las últimas ofertas) no encajarán en las necesidades planteadas por la dirección y su salida será vetada.

Este lunes representantes de la dirección y las centrales se han citado a una reunión de seguimiento para evaluar esta y otras cuestiones referentes al ere cerrado hace un mes; el mayor de la historia bancaria en España. La entidad estima que el plan supondrá un costes este año de unos 1.900 millones de euros y unos ahorros "de un mínimo de 700 millones".

La situación de 'overbooking' en el ERE de Caixabank no es anómala dentro del sector bancario. El pasado 15 de julio se cerró el plazo de inscripción para otro de los expedientes que recientemente se ha cerrado en la banca española, el del BBVA. En dicho caso, se apuntaron 5.216 personas, el 77% más de las 2.935 salidas pactadas entre la dirección y los sindicatos.

Indemnizaciones variables

El exceso de cupo en las salidas se explica, en parte, por el aval de los sindicatos a las condiciones finalmente acordadas con la empresa. Hasta el punto de que las centrales las calificaron como "el mejor acuerdo de ERE en el sector financiero". Los mayores de 62 años salían con un pago de 20 días por año trabajado, con tope de 12 mensualidades. Las personas de entre 54 y 63 años percibían un pago equivalente al 57% del salario bruto, hasta los 63 años y con primas variables por adherirse voluntariamente al expediente. El grupo de 52 y 53 años recibirán siete anualidades equivalentes al 57% del salario fijo bruto anual, repartidas hasta los 63 años. Y el resto afectados, 40 días del salario fijo bruto por año trabajado, con un límite de 36 mensualidades.