La Generalitat ha adjudicado a CaixaBank la puesta en marcha de una red de 135 cajeros automáticos en municipios despoblados de la Comunitat Valenciana. La entidad financiera presidida por José Ignacio Goirogolzarri, resultante de la reciente fusión entre Caixabank y Bankia, logra este concurso público gestionado por la Generalitat desde antes del inicio de la pandemia de coronavirus, cuyo proceso se retardó y que requiere una inversión de 8 millones de euros por parte del Consell.

CaixaBank era el único banco que presentaba oferta para los cajeros en zonas de interior. Las otras cinco firmas que optaban a gestionar esas 135 terminales que sacó a concurso la administración autonómica eran una caja rural y cuatro entidades no financieras. En 2020, el Consell llegó a paralizar el proceso ante la falta de ofertas y reformuló los pliegos para hacerlo más atractivo tras el impacto de la covid.

Los primeros cajeros se podrán en marcha a partir de este verano. Según la directora general de la Agenda Valenciana Antidespoblament, Jeannette Segarra, se trata de una de las principales apuestas de la Generalitat y representa una iniciativa «novedosa y pionera en el Estado español», según asegura Segarra, quien ayer reconoció que el camino para ponerla en marcha ha sido «complicado y largo». Está previsto que el primer cajero se instale en Vallibona antes de que finalice este verano. El objetivo es instalar entre este año y 2025 los cajeros en aquellos lugares del interior donde se cerraron las oficinas bancarias, lo que supone «un paso muy grande para las personas que viven en estas comarcas del interior de la Comunitat Valenciana, puesto que un tercio de su población es mayor de 65», destaca la citada directora general.