Ford ha reclutado a dos robots, apodados por el equipo como Shelby y Miles, como pilotos para probar los nuevos modelos de la marca en las condiciones meteorológicas más extremas.

La planta meteorológica de Ford situada en Colonia es utilizada por la marca del óvalo para simular bajo techo una gama de condiciones extremas, como el desierto del Sáhara, Siberia o la cima de los picos alpinos más altos. Esas condiciones simuladas son tan reales que incluso los pilotos de prueba humanos más experimentados pueden cansarse o enfermarse. En ese sentido, las pruebas de túnel de viento (en particular a gran altitud) requieren numerosos protocolos de seguridad, como tener botellas de oxígeno, equipos médicos y un paramédico en el lugar, a la vez que la salud del conductor se vigila constantemente.

Cada conductor robotizado es capaz de operar a temperaturas que van desde -40°C a +80°C, así como en altitudes extremas. Además, se puede configurar y programar para diferentes estilos de conducción. Las ‘piernas’ del conductor robotizado se extienden hasta los pedales del acelerador, freno y embrague, con un brazo colocado para cambiar de marcha y el otro utilizado para arrancar y detener el motor, asegura la firma de automóviles también con fábrica en Almussafes.