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La tecnología menos usada y más cara marca el coste de la luz el 87 % de las veces

Las grandes energéticas aprovechan el sistema de subastas de compra para fijar el precio de la electricidad con la producida en centrales térmicas o hidroeléctricas frente a los métodos de generación más económicos como la eólica o la nuclear

Nuevo récord del precio de la electricidad

Nuevo récord del precio de la electricidad Agencia ATLAS / EP

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Nuevo récord del precio de la electricidad Ramón Ferrando. València

El precio de la luz ha cerrado la semana más cara de la historia y ha puesto en jaque al Gobierno que ha visto en apenas un mes y medio cómo ha fracasado su intento de reducir la factura con una rebaja del 21 al 10 % del IVA. El problema de fondo es que el sistema de venta de energía en España favorece la tecnología más cara y menos usada. Las grandes energéticas están aprovechando el mecanismo de subastas de compra de energía para fijar el precio de la electricidad con la luz producida en centrales térmicas (que queman gas o carbón) frente a los sistemas de generación más económicas como las energías renovables o la nuclear. El conocido en el sector como hueco hidrotérmico (luz generada en plantas térmicas o hidroeléctricas) marcó en julio el 87 % de los precios de casación. El Gobierno calificó el viernes de «escandaloso» que Iberdrola esté vaciando embalses para aprovecharse de esta práctica.

¿Cómo funciona ese sistema de casación que ha disparado el precio de la luz? La oferta se ordena por precios de menos a más hasta que ‘casa’ con la demanda y a todos los productores de energía se les paga por la última tecnología que entra en la subasta (que es la más cara). A este sistema se le denomina marginalista y, según los expertos, se ha quedado desfasado con el despliegue de las renovables que además de limpias son baratas. Un ejemplo del funcionamiento de las subastas: a una hora determinada hay una demanda de 10.000 megavatios (MW) y los productores ofertan 4.000 MW de energía nuclear a precio cero, 4.000 MW de eólica a coste cero, 1.500 MW de fotovoltaica a 3 euros el MW hora, 500 MW de plantas de ciclos combinados (que generan electricidad quemando gas) a 110 euros y 500 MW de centrales térmicas de carbón a 120 euros. Al casar la oferta saldrían los 4.000 MW de la nuclear, los 4.000 MW de la eólica, los 1.500 MW de la fotovoltaica y solo 500 MW de ciclo combinado (el carbón se queda fuera porque no hay más demanda). Sin embargo, a todos se les paga el precio de casación de 110 euros el megavatio hora de las plantas de ciclo combinado que queman gas. A este sistema se le denomina marginalista porque a todos los productores se les abona el precio marginal de casar la oferta y la demanda.

Aumento de la demanda

Según los analistas de la consultora energética Grupo ASE, el aumento de la demanda del verano en España unido a la disminución de la energía eólica incrementa la necesidad de una fuente de respaldo a las renovables y la nuclear. Como las centrales de carbón están prácticamente cerradas, son los ciclos combinados los que intervienen prácticamente en todas las horas y marcan el precio diario del mercado mayorista (pool), repercutiendo sus costes que se han disparado por el incremento del precio del gas (un 400 % en el último año) y de los derechos de las emisiones (por las compras que están haciendo los fondos de inversión para especular).

Los analistas de ASE insisten en que «en el 87 % de las horas de julio el precio lo ha marcado el hueco hidrotérmico. Es decir, una central de ciclo combinado de gas, una de carbón o una hidroeléctrica que aprovecha su capacidad para almacenar energía (decide cuando descarga el agua) y ofertar la electricidad en las horas más caras para obtener mayor rentabilidad. Por tanto, el precio de la electricidad en España depende de los costes variables de las centrales de gas. De hecho, el pasado mes de junio el hueco de casación hidrotérmico llegó al 97 %, el más alto de los últimos 5 años cuya media es del 76,4 % mensual».

El aumento del hueco térmico conlleva por lo general una elevación de los precios de electricidad y viceversa. Cuando la producción eólica se reduce y la demanda aumenta (como ocurre en verano) los ciclos combinados mantienen el predominio en las casación de precios.

Modelo obsoleto

Marcos J. Lacruz, presidente de la asociación valenciana de energías renovables (Avaesen), defiende que el sistema marginalista se ha quedado obsoleto. «Tenía sentido hace treinta años, pero ahora el 80 % de la energía entra a precio cero (por las renovables y la nuclear). Antes era una forma de que compitieran en precio las tecnologías basadas en el carbón, el gas o el diésel pero ahora estamos en un escenario de tecnologías limpias». Las eólica y la nuclear se ofertan a cero o a muy bajo precio porque no se pueden almacenar y lo que se produce se tiene que consumir. Además, una central nuclear no se puede encender y apagar como las plantas que queman gas.

El economista de la Universitat Oberta de Catalunya Xavi Sala incide en que el sistema de subastas «es surrealista. En los últimos 22 años solo ha habido 1.104 horas a precio cero. El año pasado el 44 % de la energía que se produjo en España era renovable y la proporción sigue subiendo. No tiene sentido que estemos condicionados por el gas».

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