Es una especie de guerra total para tratar de exterminar al ‘cotonet’, un insecto que provoca deformaciones o reducciones de tamaño en los cítricos e impide su comercialización. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ultima la constitución de una cooperativa para producir depredadores de esta cochinilla minúscula que tiene en vilo a los citricultores. Su presidente, Cristóbal Aguado, explicó ayer a este diario que la creación de la firma se aprobará en la junta directiva de la organización de septiembre y está previsto que pueda entrar en funcionamiento antes de final de año.
El criadero se ubicará en la finca experimental que AVA tiene en Polinyà. Cada socio de la cooperativa pedirá la cantidad de insectos -’criptolemus’ y ‘anagyros’- que necesite «y pagará en función de ello». La idea es que en la sociedad puedan participar tanto productores de cítricos como de caqui, que son los cultivos en los que se ceba el ‘cotonet’. Aguado indicó que la suelta de los depredadores se realizaría después de los tratamientos fitosanitarios «autorizados para complementar el tratamiento y reducir la población». El proyecto contempla que la conselleria de Agricultura «nos facilite los insectos y, si hay ayudas públicas, podamos optar a ellas».
El presidente de AVA recordó que la Generalitat ya tiene varios criaderos, al igual que la cooperativa de l’Alcúdia, «pero no es suficiente», dada la magnitud de la plaga.
De hecho, tal como publicó ayer este diario, el Gobierno ha autorizado excepcionalmente a la conselleria de Agricultura a aplicar desde el 30 de agosto y hasta el 27 de diciembre un insecticida a base del metil clorpirifos, cuyo uso estaba prohibido por la Comisión Europea desde el año pasado. Personal de dicho departamento aplicará el tratamiento en aquellas parcelas con al menos un 60 % de afectación y los frutos de las mismas deberán ser destruidos. Fuentes de Agricultura aseguraron ayer que los agricultores podrán acogerse de forma voluntaria, incluso aquellos que tengan sus cultivos fuera de las cuatro comarcas a las que va dirigido el plan: Plana Alta, Plana Baixa, Horta Nord y Camp de Morvedre. Siempre y cuando tengan contaminados más del 60 % de sus frutos.
El Consell, asimismo, aseguró ayer que va a estudiar la aprobación de ayudas directas a los agricultores para compensarles por la destrucción este año de sus cosechas.
El presidente de AVA aseguró sobre la aplicación del metil clorpirifo que «hay más remedio que hacerlo», porque es la única vía para que «el año que viene estemos mejor». Aguado indicó que todavía no ha hablado con la Generalitat sobre las indemnizaciones, pero ya adelantó que «serán testimoniales, porque los citricultores han gastado mucho dinero en otros tratamientos que al final no han tenido éxito», dado que el más efectivo, el citado metil, estaba prohibido desde hace un año.
La batalla de las hormigas
Por otro lado, precisó que en realidad «el enemigo número uno son las hormigas, contra las que no hay productos eficaces», porque estos insectos se alimentan de la melaza que produce el ‘cotonet’ «y los pastorean, incluso los trasladan a otros árboles para ampliar ese cultivo, y los protegen de sus depredadores», hasta el punto de que «despedazan al ‘criptolemus’ y el ‘anagyrus’ para que no maten ‘cotonets’». Vamos, como si aquellos fueran lobos y estos, ovejas.
El secretario general de la Unió de Llauradors, Carles Peris, aplaudió la medida de Agricultura pero pidió que se extienda más allá de las 2.200 hectáreas previstas ahora, informa Elena Aguilar.
Solo 760 de las hectáreas afectadas están en Valencia
Por el momento, son cuatro las comarcas de la Comunitat Valenciana más damnificadas por la plaga del ‘cotonet’ en los cítricos: dos de Castelló y dos de Valencia. La superficie sobre la que se podrá utilizar el metil clorpirifo para luchar contra este insecto es de 2.200 hectáreas. La peor parte corresponde a la Plana Baixa, con 920 hectáres. En la Plana Alta son 540. En Valencia suman 760, de las cuales 100 están en l’Horta Nord y las restantes 660, en el Camp de Morvedre.
