Hace cuarenta años, el buque Isla de Mallorca, de la naviera Isnasa, realizaba la primera conexión marítima entre Dénia e Ibiza, lo que supuso la reactivación de la actividad comercial del puerto dianense. En 1984, la compañía Flebasa, perteneciente a Isnasa, tomaba el relevo en la ruta. Y un 20 de junio de 1998, se transformaba en Baleària, que siguió con las conexiones con el archipíelago balear. La compañía de transporte marítimo presidida por Adolfo Utor es en la actualidad uno de los buques insignia en el entramado empresarial de la Comunitat Valenciana y del sector marítimo en España. La naviera, especializada en el tráfico de pasajeros entre la península y las islas y con una plantilla estable de unos 1.500 trabajadores, se encuentra en plena expansión e impulsa su crecimiento, además, desde los cánones de la sostenibilidad ambiental.

«La sostenibilidad y la transformación digital son los dos pilares estratégicos para el crecimiento ecoeficiente de Baleària. Entendemos que este es el único camino para contribuir al desarrollo de los territorios y al bienestar de las personas, pero solo será posible si la empresa, además de sostenible, es competitiva», comenta Utor tras conocer la distinción de Levante-EMV/Prensa Ibérica.

La firma estrenó este año el Eleanor Roosevelt, su séptimo buque en usar gas licuado, que reduce las emisiones contaminantes y que el ejercicio pasado ya permitió a la naviera dejar de emitir 37.000 toneladas de CO2. Se calcula que anualmente este buque reducirá las emisiones de dióxido de carbono equivalentes a eliminar más de 8.900 turismos convencionales o plantar casi 27.000 árboles. Baleària ha invertido 90 millones de euros en este fast ferry, pionero en el ámbito mundial en sostenibilidad e innovación, con capacidad para 1.200 pasajeros y 450 vehículos.El transporte marítimo de mercancías supone actualmente más del 40% de la facturación de Baleària. Se trata de un segmento del negocio también cada vez más consolidado gracias «al compromiso, fiabilidad y puntualidad de los servicios que ofrece». El grupo Baleària cuenta además con una empresa logística, Baleària Cargo, que ofrece un servicio puerta-puerta.

«Las restricciones a la movilidad provocaron importantes caídas en todos los tráficos y se tradujeron en un resultado negativo a lo largo de 2020, que nos ha hecho perder parte de solvencia e incrementar la deuda, si bien hemos resistido gracias a nuestra fortaleza patrimonial y económica, fruto del trabajo de muchos años», aseguró Utor al hacer balance del complejo ejercicio. Así, la naviera ha mantenido los proyectos e inversiones vinculados a sus ejes estratégicos de sostenibilidad y digitalización, como la botadura del primer fast ferry con motores a gas del mundo y la adjudicación de una nueva smart terminal sostenible en València.

«Hemos demostrado fortaleza financiera y una gran capacidad de reacción, flexibilidad y adaptación», asegura el máximo mandatario de Baleària. De hecho, Utor sostiene que la naviera está preparada «para afrontar la recuperación con energía renovada, optimismo, cohesión y motivación».

El primer año de la pandemia castigó a todos aquellos sectores que basan su negocio tanto en la movilidad como en el turismo. La facturación de Baleària, en concreto, ascendió a 342 millones de euros, lo que supone un descenso del 24% en relación a 2019. Los barcos transportaron 2,1 millones de pasajeros, lo que representa una caída del 52%, así como 610.000 vehículos, tras una reducción del 6%. La naviera, con todo, consiguió mantener un resultado bruto de explotación positivo de 62 millones de euros.