El arco mediterráneo como eje de recuperación y riqueza económica

El arco mediterráneo es el eje de desarrollo formado por las autonomías de la ribera mediterránea (Andalucía, Baleares, Cataluña, Comunitat Valenciana y Murcia) que ha logrado un destacado protagonismo en los últimos años gracias a las reivindicaciones ciudadanas de su columna vertebral: el corredor mediterráneo ferroviario. Un territorio que goza de un dinamismo real en generación de riqueza, aportación al producto interior bruto (PIB), población, renta por habitante, crecimiento... Unas fortalezas no exentas de debilidades que se analizaron el pasado jueves en una nueva edición del «Club Cámara Valencia-Levante-EMV».

El debate contó con la presencia de la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de València, María José Mainar, y siete directivos de empresas o entidades punteras de diversos sectores de la Comunitat Valenciana: Manuel Espinar, presidente de Conhostur (Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunitat Valenciana); Felipe Pérez, director de estrategia de la consultora Alberta Norweg; Pablo Azcona, socio fiscal de la auditora Grant Thornton; Jaime Jiménez, director de edificación de la empresa constructora Torrescamara; Vicent Marqués, director general de la plataforma de aprovisionamiento Mercateo en España; José Vicente Herrero, director ejecutivo de Productos Velarte, y Adolfo Cervera, director del Centro de Negocio de Ibercaja en València.

Todos los asistentes reconocieron el dinamismo del arco mediterráneo y su gran potencialidad, en respuesta al interrogante inicial: «¿Existe sentido de pertenencia al arco mediterráneo?» «Nos une la cultura mediterránea. Ahora solo falta que el corredor mediterráneo sea una realidad y que las infraestructuras lo beneficien, porque la pertenencia a nivel empresarial la tenemos muy clara y como sociedad civil también», reclamó la vicepresidenta de la Cámara de Comercio.

Desde Conhostur, su presidente Manuel Espinar también reivindicó la necesidad de ejecutar la esperada infraestructura ferroviaria que «unirá toda la cultura que tiene el mediterráneo, generando una sinergia brutal porque las principales ciudades estarán a menos de dos horas de viaje». Un plus que permitirá al arco mediterráneo despegar después de la pandemia. «Ahora estamos en un punto cero, pero aquí ya lo tenemos todo. No tenemos que inventar nada. Sólo hay que luchar por un turista rentable, que respete el territorio y valore nuestra cultura», defendió el representante de Conhostur.

«Somos punteros en turismo, servicios y producción agroalimentaria. Y un territorio muy ágil en capacidad de adaptación. El único déficit tiene que ver con la atomización capilar por temas políticos, que tiene fácil cura: educación y formación», apuntó José Vicente Herrero, director general de Velarte.

«El corredor mediterráneo sin duda hará comunidad», vaticinó el director de edificación de Torrescámara, quien recordó que «las infraestructuras no son un objetivo o fin en sí mismas, sino que se ejecutan para dar servicio al resto de la economía y permitir abaratar costes y optimizar la logística». Por ello el representante de la promotora considera necesario «evaluar las inversiones realmente rentables y prioritarias y aplicar el sentido común a la hora de darles prioridad».

Aunque el director de Mercateo España advirtió que «se necesita invertir más en tecnología, que permitirá modernizar la industria y ser más competitivos para diferenciarnos de otros arcos que ya existen en la economía española, además de hacer un uso más racional de los recursos naturales, para dar un impulso a la economía y el comercio».

Felipe Pérez, de Alberta Norweg, defendió que el arco mediterráneo tiene una «fortaleza tremenda que no se acaba de ver en lo que hacemos. Somos fuertes, potentes, pero llevamos 20 años muy estancados con el mismo porcentaje de aportación al PIB y reivindicando infraestructuras. Un déficit que no debería ser». Por lo que invitó a «aprovechar lo que somos, fenicios, comerciantes, mediterráneos y negociadores. Somos. Nos falta el hacemos», diagnosticó.

Desde la consultora Grant Thornton, Pablo Azcona alabó la «gran potencialidad del arco mediterráneo, en el que hay más cosas que nos unen que nos separan». Y ante la evidencia de que «los empresarios están unidos porque hay confluencia de intereses, qué mejor confluencia que el corredor ferroviario, los puertos y aeropuertos estén unidos para mejorar el tránsito que beneficiará a las empresas. Es una confluencia de intereses que nos va a unir más».

Sin embargo, para el director del centro de negocio de Ibercaja, Adolfo Cervera, «el sentimiento de pertenencia al arco mediterráneo aún no se da» aunque «el corredor mediterráneo ayudará mucho porque la unión hace la fuerza». Y advirtió que los empresarios «demandan otra política fiscal y más ayudas directas» que precisarán las empresas de la Comunitat Valenciana «muy atomizadas» por lo que vaticinó que las mercantiles pequeñas «tendrán más dificultad para salir adelante que las grandes ya que la banca irá a proyectos más consolidados».

«La unión hace la fuerza»

Aunque ya se adelantaba en algunas respuestas, la siguiente pregunta sobre las potencialidades y amenazas del arco mediterráneo era obligada. El diagnóstico de la vicepresidenta de la Cámara de Comercio es que la «heterogeneidad de las provincias y autonomías que lo conforman» puede ser un impedimento pero también una oportunidad para «aprender de las fortalezas de cada zona y evitar una guerra de guerrillas». Por ello María José Mainar citó como ejemplos «alternativas interesantes como 1.070 km Hub, para aunar la innovación tecnológica y en I+D+i para agrupar a todas las ‘startups’ en un proyecto común desde Castelló hasta Ceuta. Es un ‘hub’ interesantísimo para que el talento no se vaya». Y de hecho recordó el potencial de «las ciudades medias que destacan a nivel tecnológico e innovación, como Silicon Valley, que no es una ciudad de primera línea». A favor de esta propuesta cuenta que, «según varias encuestas, València es la ciudad más atractiva para vivir y trasladar empresas tecnológicas, Alicante ocupa la cuarta posición y Málaga la sexta». Conhostur también recordó la necesidad de «apostar por la movilidad del turista, para que pivote. El corredor mediterráneo creará el mayor ‘hub’ turístico del mundo». Aunque el sector afronta la nueva normalidad «muy erosionado por la carencia de mano de obra que se ha ido a otros sectores». Por ello Espinar confió en que los fondos europeos «permitirán capitalizar a las empresas y digitalizarlas» aunque advirtió que «a nivel fiscal, con las rentabilidades que tenemos, no podemos enfrentarnos a más impuestos. Por eso la tasa turística sería un error».

Estabilidad legislativa y fiscal

El director ejecutivo de Productos Velarte también reivindicó la necesidad de «estabilidad legislativa, fiscal, agilidad en la resolución de expedientes, generar inversiones y fomentar la formación porque nos enfrentamos a un cambio demográfico bestial y somos la entrada de flujos migratorios ordenados y desordenados. Y el reto es formarlos como personas y como profesionales en el cambio de era que traerá el 5G», enumeró José Vicente Herrero.

También reclamó un «marco regulatorio y fiscal estable, sin prestaciones subidas a mitad de partido», en palabras de Jaime Jiménez, director de edificación de Torrescámara, para afrontar «las amenazas de la subida de precio de la energía y de las materias primas, que han aumentado hasta un 400%».

Como propuesta «idealista», el director en España de Mercateo abogó por «gestionar el arco mediterráneo como una empresa, porque aportaría un valor increíble para que el talento no se vaya a otros lugares».

A modo de conclusión, la vicepresidenta de la Cámara de Comercio reivindicó la necesidad de «orientar las inversiones públicas y privadas en el marco de los fondos europeos para consolidar nuestra posición sólida a 10, 15 o 20 años de plazo mediante la innovación, la digitalización, la ejecución del corredor mediterráneo y apostar por las energías renovables que permitirán ahorrar en emisiones de CO2 y reducir la capa de ozono, porque si no lo conseguimos... ¿qué futuro heredarán nuestros hijos y nietos?».