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Previsiones económicas

Pronósticos: ¿acierta alguien?

A medida que han pasado los meses, las estimaciones para este año se han ido desinflando

Las esperanzas están puesta en final del ejercicio, con las campañas del Black Friday y Navidad.

Las previsiones sirven para sacar pecho cuando resultan favorables, pero se les quita hierro cuando van a la contra. Es algo parecido a lo que sucede en la actualidad. El despegue de la inflación y ciertos problemas de suministros están ralentizando el crecimiento, como detectó el Instituto Nacional de Estadística en el tercer trimestre. En relación a la economía española, tras la debacle histórica del 10,8% el año pasado, las estimaciones de los distintos organismos y servicios de estudios públicos y privados se mueven entre los niveles del 5% y el 7% este año y entre el 5,2% y más del 8 el ejercicio próximo. La cuestión es ¿quién acertará?, aunque la tendencia, con el paso de las semanas es más hacia el 5% que por encima de este nivel y una cierta mejoría en 2022. Eso haría que una parte del crecimiento que se había previsto este año pasara al siguiente.

La Comisión Europea ha sido la más drástica, al recortar la previsión para este año hasta el 4,6%, lo que aleja recuperar el nivel prepandemia al menos hasta 2023.

Previsiones de crecimiento.

Jarro de agua fría

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya lanzó una primera advertencia en su análisis de otoño, con una previsión del 5,7% este año y del 6,4% el que viene. Aunque el mayor jarro de agua fría fue el que lanzó el gobernador del Banco de España que, en el Congreso de los Diputados, anunció que reduciría las previsiones de crecimiento "de forma significativa". También la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) ha rebajado sus estimaciones al 5,5% en el 2021 y al 6,3% en 2022.

Lo cierto es que los datos del INE del tercer trimestre, a pesar de que significaron un cierto despegue con respecto al segundo, no lo fueron con el brío suficiente para que se pueda alcanzar el ritmo previsto por el Gobierno. Y eso ha estado muy ligado a un consumo, el mayor componente del producto interior bruto (PIB) en el lado de la demanda, que no tiró en verano con toda la fuerza que estaba prevista.

Ahora todas las esperanzas están puesta en el trimestre final del ejercicio, con la campaña del Black Friday y la de Navidad, con la que se espera que se desatasquen los más de 50.000 millones de euros que se calcula que quedaron embalsados durante el periodo de confinamiento y de restricciones como consecuencia de la pandemia del coronavirus.

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