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Tribuna

Internet de las cosas y puertos

En una de sus acepciones, la Real Academia Española (RAE) define el término cosa como «cualquier objeto inanimado o con oposición a ser viviente». Igualmente, la RAE acuña el término Internet como «aquella red informática mundial y descentralizada, formada por la conexión directa entre computadoras mediante protocolos de comunicación». Mediante estas definiciones, y aun siendo profano en materia tecnológica, cualquier lector podría definir el Internet de las Cosas como «una conexión de objetos inteligentes”.

Sin alejarnos de la más pura lógica, el Internet de las Cosas o Internet of Things (IoT), puede definirse como una solución tecnológica que permite interconectar billones de sensores, actuadores, máquinas, vehículos y objetos entre sí, sin interacción humana y a través de todo el planeta, mediante la transferencia de información sobre redes fijas e inalámbricas.

En el Internet de la Cosas, el mundo físico y virtual van de la mano y cooperan entre sí. Para ello, establece sinergias con un gran abanico de tecnologías. Si hablamos de dotar de inteligencia a los objetos y de procesar información en tiempo real, estamos hablando del Edge Computing o computación en el dispositivo. Si nos enfocamos en el almacenamiento masivo de la información captada por «las cosas» para optimizar procesos, en realidad estamos hablando del Big Data y la Inteligencia Artificial. De la misma manera, si hablamos de transmitir la información captada por millones de objetos en distintas localizaciones y en tiempo real, nos estamos refiriendo al 4G y 5G.

Aplicaciones industriales

Tal es el potencial de esta tecnología, que su aplicación a la industria es ya una realidad. El IoT Industrial hace referencia a la aplicación de esta tecnología en entornos industriales, especialmente en aquellos en los que se requiere un alto grado de automatización, monitorización de activos, toma de decisiones, etc.

Esta nueva corriente está llevando a fábricas, centros logísticos y puertos hacia la Cuarta Revolución Industrial. Como ejemplo más cercano, el IoT contribuye diariamente a mejorar la operativa de un entorno industrial tan complejo como el Puerto de València, donde se gestionan casi 6 millones de contenedores al año, donde entran y salen más de 6.000 camiones al día, y donde la reducción de emisiones es cada vez más importante. Gracias al IoT, el posicionamiento de la maquinaria dentro de una terminal, la optimización del flujo de camiones que acceden al puerto en hora punta, o la medición de emisiones de efecto invernadero ya son una realidad.

El IoT ya está entre nosotros, en nuestro día a día y en el de grandes entornos industriales como el puerto de Valencia, donde contribuye a desarrollar diariamente un puerto más digital y verde.

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