El Gobierno y los sindicatos cerraron ayer un acuerdo para subir las cotizaciones sociales de los trabajadores y costear así las futuras pensiones, según hizo público la Seguridad Social en un comunicado. La patronal, por su parte, se desmarcó del pacto y rubrica su segundo gran ‘no’ al Gobierno en el último mes y medio, tras el rechazo a apoyar la subida del salario mínimo de 950 a 965 euros para este año. El Ministerio de Seguridad Social y las centrales siguieron limando detalles y acabaron por concluir las conversaciones poco después de las seis de la tarde. Las cotizaciones finalmente subirán 0,6 puntos durante 10 años, a partir del año que viene y hasta 2032. Y el reparto será de 0,5 puntos a cargo de la empresa y 0,1 puntos para el trabajador.

Las negociaciones han evolucionado a contrarreloj y en menos de dos semanas el Gobierno ha cerrado el acuerdo para este nuevo mecanismo para equilibrar las cuentas de la Seguridad Social. El equipo del ministro José Luís Escrivá se lo presentó a los agentes sociales el pasado 3 de noviembre y ayer cerró las conversaciones con el apoyo de los sindicatos, no así de la patronal.

Ese aumento de los ingresos busca alimentar una hucha de las pensiones para amortiguar el progresivo aumento del gasto público en la nómina de pensiones cuando paulatinamente se vaya jubilando la generación del ‘baby boom’. El objetivo es recaudar unos 2.600 millones de euros anuales, que, sumado a los ingresos financieros que pudiera generar la gestión de dicho fondo, podría dejar una cifra final de unos 41.000 millones, según fuentes del diálogo social.

Desmarque de la CEOE

Los empresarios no han estado conformes desde el primer momento en asumir un aumento de los costes laborales. El planteamiento del actual Gobierno era apuntalar el sistema público de pensiones por la vía de mayores ingresos, no por la vía de reducir el gasto como planteó el PP. La propuesta que Escrivá finalmente ha consensuado con las centrales contempla un aumento de las cotizaciones sociales en 0,6 puntos entre 2023 y 2032. Y, en la última reunión, la Seguridad Social puso encima de la mesa tres opciones para repartir entre empresarios y trabajadores ese incremento de costes; según explican fuentes del diálogo social. Una opción contemplaba un reparto equitativo, tres décimas para empresa y tres décimas para trabajadores. Otra era de cuatro décimas para la empresa y dos para los trabajadores. Y la tercera era de cinco décimas para la empresa y una para los trabajadores. Finalmente y tras el descuelgue de la patronal, se ha acabado imponiendo esta última, la menos favorable para los empresarios.

La segunda pata del acuerdo en pensiones cerrado este lunes abre un escenario poco definido. Este se activaría en caso de que las medidas oficializadas hasta ahora de la ‘reforma Escrivá’ no consigan equilibrar las cuentas de la Seguridad Social ante la jubilación de los ‘baby boomers’.