Con la nueva financiación autonómica acabando de cocinarse en el Ministerio de Hacienda, ocho presidentes de la España vacía, de distinto pelaje político reunidos esta semana en Santiago para lanzar sus propuestas y a punto de que Ximo Puig Juanma Moreno den una entrevista en televisión para defender, de nuevo juntos, las suyas, EL PERIÓDICO DE ESPAÑA ha querido contribuir al debate con la aportación de anterior ministro popular, Cristóbal Montoro. ¿Habrá nuevo modelo? ¿Es posible el reparto de más recursos? ¿Lo apoyará el PP? Y ya que se pone a tiro, ¿cuál es el futuro de las pensiones? o ¿qué pasará con la inflación?

Lo tiene todo absolutamente estudiado, volcado ahora en atender a sus hijas y a sus nietas y en leer toda los informes económicos que tiene a mano. "No me he pasado a la novela rusa", desvela. Para empezar, una corrección. "No es cierto eso de que el sistema actual esté caducado". En el cambio de modelo que el PP hizo en 2002, con mayoría absoluta, se incluyó que no tuviera vencimiento. Sí la obligación de hacer un balance cada cinco años. Una reforma que, parece increíble en estos tiempos, contó con el apoyo de las comunidades socialistas y la Cataluña de Jordi Pujol y Artur Mas.

Sobre esta base el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero hizo en 2009 otra modificación, incorporando una serie de fondos, que no tuvo el respaldo del PP. "Las autonomías populares se abstuvieron porque incrementaba la dotación general en 9.000 millones de euros", explica. Un motivo de peso. Montoro ve en esta decisión un error del Gobierno socialista porque la crisis económica había estallado en 2008 y "en dos años dejaron de ingresarse 70.000 millones". "La historia sólo nos recuerda el Plan E pero esto fue más importante".

¿Y ahora es factible otra reforma? El exministro opina que sí porque "en 2021 estaremos en una recaudación histórica de impuestos y de ingresos en cotizaciones a la Seguridad Social". "Hay capacidad objetiva de reparto pero estamos en la salida de una crisis (la que ha provocado la pandemia), que no hemos superado aún". "La recaudación hay que asentarla porque tenemos que recuperar el PIB y eso no será hasta el 2023. Luego habrá que volver a normas de estabilidad presupuestaria, qué puede que se revisen en el ámbito europeo, pero va a haber normas".

En resumen, hay capacidad para inyectar más dinero al modelo aunque sería mejor consolidar antes la recuperación. Pero, en cualquier caso, Montoro no cree que se apruebe un nuevo sistema de financiación autonómica. ¿Por qué? Porque "el calendario político es muy complicado". "Hay ya unas elecciones seguras que son Andalucía (con adelanto o sin él)". "No me imagino ningún Gobierno, a éste o a cualquiera, asegurando que está contento con lo que le corresponde. Soy una mente abierta pero me cuesta verlo". Esto es como lo del presupuesto, apunta, "el día que la oposición (el nuevo PSOE de Juan Espadas) te apoye... La política no ha cambiado tanto".

Entre Andalucía y que Cataluña "con los independentistas como están" va ser "imposible" que el resultado "no sea favorable para ellos", explica, en referencia al peso que ERC tiene en la gobernabilidad. Un argumento más para apuntalar la dificultad de un acuerdo.

Reforma fiscal

El Gobierno tendrá en febrero el dictamen de los expertos sobre la reforma fiscal. El ex ministro también es muy escéptico con esto. "El PSOE ya ha tenido que aceptar medidas de subida de impuestos de Podemos (un tipo mínimo del 15% a las grandes empresas en sociedades) para aprobar el presupuesto". "Si ya tienen estos roces cuántos más problemas habrá en una reforma global". Qué pretenden, pregunta, "¿armonizar la fiscalidad autonómica?". Él se declara, y así lo impulsó durante su mandato, partidario de la corresponsabilidad fiscal porque España es "un estado cuasi federal". Entonces, "¿la capacidad fiscal la vamos a mermar, eso es lo que está pretendiendo ERC? ¿Y primero armonizas y luego te independizas?"

Sólo hay que fijarse en la recaudación, asegura, que no se ha desplomado en esta crisis pese al parón de la economía. "¿Se quiere incrementar elevando impuestos? ¿Esa va a ser la reforma fiscal?", pregunta. Y de nuevo vuelve al calendario: "Pero si el PSOE de Madrid estuvo pregonando que había que subirlos hasta que llegaron las elecciones"

Pensiones e inflación

Sobre las pensiones el ex ministro se muestra crítico con la vuelta a la revalorización según el IPC "porque hay años en que habría significado bajarlas (de 2014 a 2016)". Rechaza lo del conflicto intergeneracional porque son un elemento "de redistribución de renta": los jubilados también consumen y pagan IRPF. Y añade, "lo de subir la base las pensiones y para pagarlo subo las cotizaciones (la propuesta de Escrivá), hasta ahí llegamos todos".

La alta inflación la ve transitoria. Como ministro de Hacienda que ha sido no se aleja ni un ápice de la ortodoxia: "Quiero creer a los Bancos centrales, es que si no...". Y lo mismo opina de la crisis energética, que ha provocado la escalada del IPC. "No hemos sido previsores en las reservas de gas ni con los derechos de emisión de CO2, no se ha estimado bien el coste de la transición energética, que hay que hacerla sí, pero ha coincidido todo y no hemos salido aún ni de la pandemia", sostiene.

Y deja una última aportación para el debate que, asegura ya hizo en mayo de 2018 en el Congreso. Según él, "a veces es el lugar más recóndito de España". En su etapa parte de la deuda autonómica se reconvirtió en deuda del Tesoro. Por ello él piensa que en la nueva financiación no debe girar sólo sobre los ingresos tributarios también sobre los gastos financieros. Que los intereses de la deuda se deben restructurar. Una redistribución o que haya "quitas", graduales o parciales. Una posibilidad que también contempla su sucesora María Jesús Montero"Somos España", dice Montoro. Y lo explica con la parábola del hijo pródigo. "Vuelve hecho un desgraciado, se lo ha gastado todo mientras el hermano ha estado trabajando y cumpliendo. El buen padre lo recibe en vez de echarlo". "Todos somos lo mismo. Todos somos España".