En el último lustro se ha convertido en usual encontrar aplicaciones en las viviendas privadas y en locales públicos de lo que se conoce como ‘lastras’ o láminas cerámicas, es decir, placas cerámicas de muy bajo espesor, entre 3 y 6 milímetros y generalmente de gran formato, en lugares como encimeras de cocina, paredes, lavabos, incluso estancias completas, en interiores y exteriores. Algo muy apreciado por los profesionales de la arquitectura y proyectistas, por la versatilidad que ofrecen estos productos cerámicos a la hora de recubrir grandes espacios porque ofrecen innumerables posibilidades de crear ambientes acogedores desde el punto de vista estético, ya que existe una amplia oferta de formatos, colores, tonalidades. Asimismo, las características técnicas de las grandes placas cerámicas, se han demostrado excelentes en cuanto a las prestaciones de alta resistencia al desgaste, ataque químico, estanqueidad… como lo son los materiales cerámicos por su naturaleza.
Uno de los usos más exigentes de estas láminas cerámicas es como pavimento, lo que ha motivado el proyecto Pavlam, desarrollado por el Instituto de Tecnología Cerámica (ITC-AICE), con el que se quiere despejar algunas incógnitas sobre este innovador producto: ¿Se pueden minimizar los problemas que puedan aparecer en las láminas cerámicas para recubrir pavimentos? ¿Hasta qué nivel? ¿Cómo influyen las capas inferiores y la colocación?
El proyecto Pavlam (Optimización de sistemas de pavimentación con baldosas cerámicas de espesor reducido) comenzó el pasado 1 de junio de 2021 y la fecha para su definitiva conclusión es el 30 de junio de 2022, y tiene como objetivo «generar el conocimiento necesario para aumentar las prestaciones de las láminas cerámicas con el fin de poder mejorar su fiabilidad para su uso en pavimentos, prioritariamente de tránsito peatonal, y posteriormente, transferir esas conclusiones a las empresas para facilitar que aborden el desarrollo o adaptación de productos o sistemas cerámicos orientados a los actuales y futuros nichos de mercado», se afirma desde el centro tecnológico castellonense.
