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Ford reduce el nuevo ERTE a 4.764 empleados tras dejar fuera a los de la planta de motores

El expediente de regulación temporal de empleo, de nuevo por los problemas de suministros que afectan a la planta, se extenderá durante quince días en el primer trimestre del año

Varios trabajadores en la planta de montaje de coches en la Ford de Almussafes. | LEVANTE-EMV

La dirección de Ford Almussafes planteó ayer en la comisión consultiva un nuevo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para las plantas de vehículos y departamentos auxiliares de 15 días laborales de parada completa en este primer trimestre, una semana de cinco jornadas por mes, que afectaría a 4.764 trabajadores, según informó a este diario el portavoz de UGT en la factoría, José Luis Parra. Los datos facilitados por la multinacional al comité de empresa implican rebajar sustancialmente el número de afectados. Cuando el pasado 22 de diciembre comunicó su intención de presentar otro ERTE por causas productivas derivadas de la falta de ‘chips’ semiconductores, la compañía -o al menos así lo entendieron los representantes de los trabajadores- trasladó que los implicados serían toda la plantilla, compuesta por unos 7.000 trabajadores. No obstante, ayer la cifra quedó reducida a cerca de 5.000, principalmente por el hecho de que no se verá afectada, como estaba previsto inicialmente, la planta de motores.

Tal como explicó Parra, la planta de vehículos produce fundamentalmente para Europa, mientras que casi la totalidad de lo que fabrica la de motores va para Estados Unidos. «Algo que desconocemos ha provocado que en EE UU se mantenga la producción y eso beneficia» a la carga de trabajo de la planta de motores valenciana, en la que trabajan unos 1.100 empleados, según Parra.

La dirección de la compañía no presentó ayer oferta alguna respecto al ERTE, según el dirigente sindical, quien añadió que UGT, mayoritario en el comité de empresa, les trasladó a los ejecutivos de Ford su «esperanza» en que las condiciones del nuevo expediente serán similares a los de los que ha aplicado desde que se inició la pandemia, es decir garantizar el 80 % del salario real y el 100 % en los extras y las vacaciones. Según Parra, la respuesta de la empresa se limitó ayer a advertir de que esa exigencia implica mantener casi el 90 % de las condiciones salariales de la plantilla, un porcentaje muy elevado en un momento en que las dos partes han iniciado una negociación del convenio colectivo vital, dado que tendrá una incidencia determinante en la decisión de la multinacional de otorgar a València o a la planta alemana de Saarlouis la fabricación de dos nuevos vehículos eléctricos. Quien los obtenga -y para ello la rebaja salarial será clave- tendrá su futuro casi garantizado, mientras que la perdedora podría verse abocada al cierre.

La empresa ha citado a una nueva reunión el próximo lunes para intentar llegar a un acuerdo sobre las condiciones planteadas en este nuevo ERTE. Además, el lunes también se ha convocado una reunión de la comisión negociadora del denominado acuerdo por la electrificación, es decir el que decidirá el futuro de la factoría.

Por su parte, el portavoz de STM en la planta, Daniel Portillo, destacó que son «conscientes» de la situación creada por la falta de componentes, pero no entienden que «se haga pagar de manera sistemática a esta plantilla que tantos beneficios ha dado a Ford con una considerable y constante merma económica». Por ello, avanzó que «no suscribiremos un acuerdo que recorte las condiciones económicas», según informa Europa Press.

Asimismo, solicitó que la firma ofrezca «una mayor precisión» en la calendarización de los días de paro porque «los están modificando constantemente y producen así problemas de conciliación familiar». Por su parte, desde CC OO anunciaron que no van a firmar ningún ERTE «mientras no haya un plan industrial de futuro para esta factoría que garantice el empleo para todos los trabajadores».

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