Los problemas de la cadena internacional de suministros, la escasez de materias primas y componentes, unida a la paralización del transporte de contenedores ha puesto de manifiesto el papel clave de los puertos desde el punto de vista geoestratégico y económico, ya que por ellos pasan el 80% de las mercancías mundiales y cerca del 68% de las españolas.
Al contemplar la evolución de nuestro sistema portuario, podemos estar orgullosos. València, Algeciras y Barcelona- se han colocado en el top 30 del ranking mundial por tráfico de mercancías. Pero este, no deja de ser un modelo del siglo XX, y lo que nos ha traído hasta aquí, no nos llevará más allá.
En un momento de plena disrupción tecnológica, se requieren nuevas estrategias de gestión con estructuras ágiles y flexibles para poder igualar nuestras infraestructuras portuarias a las del norte de Europa. Enclaves como Rotterdam, Amberes y Hamburgo, ya comenzaron su transformación y han impulsado así su crecimiento y competitividad.
España puede convertirse en la gran plataforma logística del sur de Europa a condición de emprender reformas de gran calado en cinco ámbitos. Así lo ha concluido en un informe, la Comisión de Puertos de la Cámara de Comercio de España.
Una primera reforma es la digitalización. Los puertos deben avanzar hacia un modelo 4.0 para ser inteligentes, sincromodales e interoperables.
La formación es otro de los retos. El desarrollo logístico y portuario necesita personal preparado y especializado. Para ello, es imperativo impulsar la creación de un nuevo grado de Formación Profesional de Logística. En la gestión de puestos de control fronterizos, debemos implementar sin dilación la ventanilla única aduanera, además de promover la simplificación y digitalización de trámites.
Y en cuanto a la intermodalidad, España necesita infraestructuras conectadas e interoperables, y especialmente, integrar el ferrocarril como un elemento de competitividad y sostenibilidad. Por último es necesario avanzar en la gobernanza. Hace ya un tiempo que urge la puesta en marcha de una Secretaría de Estado de Logística. Esta, dotaría de voz política internacional a España en materia logística, y liderar la transformación energética de nuestros puertos. Podemos mantener el actual Organismo Público de Puertos del Estado, pero se precisa tener también una instancia política en el Ministerio con competencias en obras públicas y transporte, para hacer llegar de una forma más directa al Ejecutivo las necesidades de la planificación logística de España.
