La crisis del coronavirus ha impactado directamente en el tráfico aéreo y comportará en el futuro cambios en el sector, principalmente procesos de concentración de aerolíneas y cambios en la oferta de vuelos. Según protagonistas del sector reunidos en el Foro de Innovación Turística Hotusa Explora que se ha celebrado en Madrid, habrá menos aviones y estos deberán adaptarse a las nuevas exigencias medioambientales en los próximos años por lo que se prevén fusiones de aerolíneas. Pese a la presión en los resultados de las compañías, en el sector se reconoce que el 2022 va a suponer el año de recuperación, pero que esta no será completa hasta el 2024 o 2025, en función de la evolución de la pandemia.

En opinión de Javier Sánchez-Prieto, presidente de Iberia, "la falta de tamaño de las aerolíneas hace que las empresas sean menos resilientes y que tengan más dificultades en el acceso a los mercados de capitales". Para el presidente del gestor aeroportuario Aena, Maurici Lucena, el proceso de concentración se centra en las aerolíneas y pese a la pandemia se han producido menos operaciones de consolidación de las previsibles. "Sí se van a producir operaciones de consolidación, pero espero que sea de la manera más ordenada posible para no afectar al equilibrio entre demanda y oferta". Maurici espera que los niveles de tráfico aéreo se recuperen en el 2025, aunque también se ha estipulado que esa recuperación llegue antes, incluso a partir del próximo verano "de una manera robusta". Para Sánchez-Prieto, la recuperación del sector aeronáutico dependerá fundamentalmente "de las restricciones a la movilidad que aplique cada país", ya que se ha demostrado que los ciudadanos siguen con ganas de viajar.

Johan Lundgren, CEO de EasyJet, duda de que esos procesos de concentración o fusiones entre empresas vayan a ser tan profundos y entiende que las fusiones no son nuevas en el sector y dependerán fundamentalmente de la eficiencia de cada compañía y no de su tamaño, aunque las ayudas públicas tienen incidencia importante. Para Eddie Wilson, CEO de Ryanair, lo primero que necesitan las compañías son pasajeros y que la Administración aplique menos cargas a las compañías, con menos tasa aeroportuarias y ayudas para dinamizar el tráfico de pasajeros de los aeropuertos, ya que en caso contrario las compañías se irán a otros lugares.

Otro de los retos es la descarbonización del sector, que requerirá cuantiosas inversiones para introducir los nuevos aviones más respetuosos con el medio ambiente. Estos aviones serán los eléctricos, reservados para los aparatos más pequeños, los capaces de utilizar biocombustibles o nuevas mezclas de carburantes y los de hidrógeno verde. En cualquier caso, las ingentes inversiones requeridas para la transformación de los aviones actuales hará que la transición sea más lenta de lo previsto.

Uno de los aspectos clave para el futuro del tráfico aéreo en los aeropuertos españoles será el peso de los viajeros asiáticos. El presidente de Iberia recordó que los asientos destinados a ciudadanos asiáticos en Barcelona o Madrid es de solo el 5%, frente al 25% de Londres o Amsterdam. En cualquier caso, las expectativas es que pese a la racionalización de vuelos el número global de viajeros siga creciendo a nivel mundial y que se doble de aquí al 2050.