La foto laboral que ha dejado 2021 es la de un año de repunte del empleo y de bajada de paro, que ha logrado recuperarse por completo de los efectos de la pandemia en el mercado de trabajo (al menos en las grandes cifras), y que va alineando sus indicadores con lo que era habitual antes de la irrupción de la covid-19. Y la normalidad vuelve también a un dato poco utilizado, pero que es el único que permite medir con cierta fiabilidad si en España se está dando el fenómeno que en Estados Unidos y otros países se ha conocido como la Gran Dimisión, o la Gran Renuncia: el abandono masivo y voluntario de puestos de trabajo por parte de las personas que los ocupan. El dato es el de bajas voluntarias que registra la Seguridad Social, y -con la última actualización, que incluye el cierre del año- se puede concluir que los trabajadores dimitieron en 2021 como antes de la pandemia, no más, pero con un ritmo ascendente en los últimos meses, tal y como refleja El Periódico de España.

Las bajas voluntarias de contratos indefinidos acumuladas en 2021 sumaron 31.877: muchas más que en el año en el que impactó la pandemia (+35%), pero menos que en los dos años inmediatamente anteriores, de normalidad, 2019 (-6,7%) y 2018 (-5,4%). La evolución es coherente: es lógico que haya más dimisiones en un año de recuperación (2021), en el que es más fácil encontrar otro empleo, que en uno de crisis (2020), en el que pocos quieren desprenderse voluntariamente de su trabajo; y también tiene sentido que haya menos dimisiones en 2021 que en los ejercicios precovid, porque ahora pesan sobre la economía incertidumbres que en 2019 y 2018 no se imaginaban, como la evolución de la variante ómicron o el repunte de la inflación

Pero los datos muestran un patrón llamativo en comparación con 2019: las dimisiones van a más en 2021 a medida que avanza el año. Aunque en términos globales 2021 fue un año con menos dimisiones, en el contraste mes a mes se aprecian más bajas voluntarias en 2019 hasta julio, y más renuncias en 2021 a partir de agosto, siempre teniendo en cuenta sólo el dato de los contratos indefinidos (las causas de baja en los contratos temporales son menos fiables, apuntan fuentes de Seguridad Social, porque los empresarios pueden apuntar como baja voluntaria una que no lo es al no haber indemnizaciones de por medio). La contraposición con 2018 apunta también en esa dirección: de los cuatro meses en los que hubo más dimisiones en 2021, tres de ellos están en la segunda mitad del año. Las bajas voluntarias parecen así acelerarse en 2021 a medida que los buenos datos de empleo iban sucediéndose casi sin interrupción, batiendo los niveles de afiliación vigentes hasta ahora.

Gran Renuncia, poco probable

Con todo, los expertos ven poco probable que las dimisiones ganen mucha más velocidad en los próximos tiempos. La situación que está propiciando la Gran Dimisión en Estados Unidos (en el que 4,5 millones de personas abandonaron voluntariamente su empleo en noviembre, un récord histórico en un año en el que se vienen registrando picos de dimisiones desde abril) no se parece en nada a la que hay en España: "Allí el paro es bajísimo [se redujo al 3,9% en diciembre] mientras que aquí sigue cerca del 15%; su mercado de trabajo es mucho más dinámico, y además la elevada temporalidad de España hace difícil que las personas que tienen expectativas de acabar siendo indefinidas quieran cambiar de trabajo", enumera Judit Vall, economista y profesora de la Universidad de Barcelona y del Institut d'Economia de Barcelona. El aumento de las cifras de bajas voluntarias en los últimos compases de 2021 no le parece sintomático: "Aunque las dimisiones vayan a más respecto a 2019, hablamos de números muy pequeños -unos miles de personas- en relación con el total de personas con contrato indefinido".

Antonio González, de Economistas Frente a la Crisis, coincide en que el paro y la precariedad imposibilitan una Gran Dimisión en España: "Allí tienen pleno empleo, con una presión de la demanda de trabajo muy fuerte: las empresas no encuentran trabajadores. Aquí, en cambio, aunque sube la ocupación, sigue habiendo una oferta proveniente del desempleo enorme. Además, la pandemia ha producido en Estados Unidos un cambio en las preferencias de los trabajadores: buscan trabajos de menos horas, aunque suponga cobrar menos. Aquí, con el gran deterioro de las condiciones salariales que se ha producido desde 2012, a lo que se aspira es a tener una retribución adecuada: en España hay hambre de salarios", apostilla.

Con todo, algo se mueve en el mercado de trabajo español, aunque no sea masivo: "Sí hemos notado un incremento sustancial en solicitudes de cambio de empleo, sobre todo en personal cualificado; incluso personas que llevan en la misma empresa 10 o 15 años", apunta Rosa Miguel Domínguez, directora de la consultora y agencia de colocación Redlaboral. Vall añade: "los trabajadores que apuestan por este tipo de movimientos suelen tener un alto nivel de formación, y participar en los sectores con crecimientos más fuertes, como el de las tecnologías de la información; para las personas sin estas cualificaciones, es muy difícil dar este tipo de saltos", concluye.

Que la Gran Dimisión no se vaya a producir enseguida no quiere decir que no pueda darse a medio plazo; habla González: "La población en edad de trabajar está empezando a caer, y va a caer más rápidamente por la jubilación de la generación del baby boom; va a haber una presión muy grande sobre el mercado de trabajo español en este sentido desde 2026-2027 hasta cerca de 2050, y seguro que cambia su dinámica: la gente con mayor nivel de cualificación va a tener poder de negociación para imponer sus condiciones laborales; en ese momento, sí podríamos ver este tipo de fenómenos", anticipa.