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La tensión entre Rusia y Ucrania pone en riesgo el negocio de 2.500 empresas valencianas y 350 millones de euros en exportaciones

Pavimentos, calzados y alimentos en conserva podrían ser los sectores más perjudicados si se bloquea el comercio exterior

Puerto de Kiev (Ucrania), en una imagen de archivo.

El comercio exterior de España y de la Comunitat Valenciana en particular también escucha los tambores de guerra que suenan en el este del viejo de continente ante el masivo despliegue de tropas rusas cerca de la frontera de Ucrania.  La incertidumbre geopolítica se suma a la tensión y el temor a que pueda derivar este conflicto en nuevas sanciones y vetos económicos entre la Unión Europea (UE), que apoya a Ucrania, y el Gobierno de Putin, pone en alerta la actividad de algo más de 2.500 empresas de la Comunitat Valenciana que mantienen relaciones comerciales con Rusia y la citada antigua república soviética. Así, esta autonomía cuenta con 1.024 firmas que exportan a Rusia y 817, a Ucrania. Además, hay 580 que importan productos del país moscovita y 27, a la nación cuya capital es Kiev.

Según el último informe de comercio exterior de Cámara Valencia (que incluye cifras entre enero y noviembre de 2021), las empresas de la Comunitat exportaron mercancías a Rusia por valor de 253,9 millones de euros y 82,5 millones, a Ucrania. Si se tienen en cuenta los envíos del último mes de diciembre, todavía no contabilizados en el mencionado análisis de mercado, el valor de las exportaciones de la C. Valenciana a estos dos países superará los 350 millones de euros. Tanto las ventas a Rusia (+15,9%) como a Ucrania (+22,3%) han crecido notablemente respecto al ejercicio anterior y mantienen la tendencia al alza del último lustro a pesar de que las relaciones entre Moscú y la UE se deterioraron en 2014 a raíz del conflicto en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia. De hecho, el veto ruso a los alimentos frescos procedentes de la UE perjudica de lleno a los cítricos, caquis y fruta de hueso al mantenerse desde 2014. Rusia no permite la importación de carnes, pescado, crustáceos y otros mariscos, verduras, frutas, frutos secos, leche y los productos lácteos desde EE UU, la Unión Europea, Australia, Canadá y Noruega.

Las empresas de la autonomía exportaron mercancías a Rusia por valor de 253,9 millones de euros y 82,5 millones, a Ucrania entre enero y noviembre de 2021

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El cierre del mercado ruso a las exportaciones de la UE afectaría sobre todo al negocio cerámico (cuyas exportaciones en 2021 se elevaron a algo más de 90 millones de euros), calzado (27,7 millones) y conservas de frutas y verduras (10 millones). El conjunto de España exportó Rusia bienes valorados en 2.056 millones de euros y a Ucrania, 631 millones, durante el año pasado. El balance exterior entre España y Rusia es favorable al país gobernado por Putin ya que las importaciones se elevaron a 5.254 millones de euros. El vino español, incluido el valenciano, se sigue exportando, aunque en la mayoría de los casos es a granel para marcas rusas, progresivamente ha aumentado la compra de caldos embotellados con marca.

Dependencia energética

Según fuentes de la Cámara de Comercio de València, Rusia es un país muy abierto al exterior y su comercio foráneo representa casi la mitad del PIB. De hecho, es altamente dependiente de sus exportaciones energéticas, y por tanto vulnerable a la evolución de los precios internacionales y a la volatilidad del tipo de cambio del rublo. España exporta a Rusia sobre todo moda, cerámica, automóviles, maquinaria y productos de la industria química. La importación por parte de nuestro país de Rusia son los combustibles y materias primas minerales como son productos tales como el aluminio o el hierro. Mientras tanto, la UE es el principal socio comercial de Ucrania, representando el 42% de las exportaciones e importaciones ucranianas. En moda destacan cadenas como Mango, Zara o Massimo Dutti, que cuentan con tiendas físicas en las grandes ciudades rusas, tanto propias como franquicias. En perfumería Paco Rabanne o Carolina Herrera cuentan con presencia en el país, así como las firmas de calzado.

La institución cameral presidida por José Vicente Morata, asegura que los principales sectores de interés en Ucrania son los del automóvil e industria auxiliar (vehículos para transporte de personas y mercancías, neumáticos), tecnología industrial y bienes de equipo, agroalimentario (cítricos , vino, chocolate y preparaciones de cacao, aguardientes, licores), industria química ), habitat (refrigeradores, lavavajillas, monitores, proyectores, artículos de metal para el hogar) y TIC (principalmente teléfonos móviles). 

El propietario y CEO de Cotoblau, Càndid Penalba, sigue muy de cerca la situación de Rusia y Ucrania. El empresario valenciano del sector textil y de la confección, con fábricas en la Vall d'Albaida, exporta el 12 % de sus ventas foráneas al mercado ruso, donde ya cuenta con tres tiendas de su marca Kamasana en Moscú. A Penalba también le unen lazos familiares en aquellas regiones del este de Europa. Y es que, su mujer, Viktoria Tsemka, es ucraniana. "Vivimos muy preocupados por lo que está pasando en las regiones fronterizas y la capital del Estado: los carros de combate circulan por la calles de Kiev. Allí sus ciudadanos hacen lo que pueden y lo están pasando muy mal", explica Penalba desde su empresa de Ontinyent. Cotoblau, proveedor de fundas de colchones de la multinacional sueca Ikea, es una mercantil que factura algo más de 31 millones de euros y tres cuartas partes de sus ventas se realizan fuera de España. Rusia forma parte de sus planes de expansión y por eso prevé nuevas aperturas, incluida una tienda en un centro comercial de Moscú. "Espero que no se pongan en marcha posibles represalias comerciales de Moscú hacia la Unión Europea", comenta el CEO de Cotoblau. En plena pandemia Cotoblau han conseguido llevar a sus propias empresas a mayores cifras de negocio a gracias a la diversificación de sus productos, incluidos los materiales sanitarios.  Kamassana prevé llegar en 2022 a los cinco establecimientos en la capital rusa y hasta los 10 en su país de origen. El primero de España lo abrirá el próximo día 25 de febrero en Ontinyent.

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