Los precios que alcanzan en el campo las mandarinas protegidas -es decir las que requieren pagar 'royalties' por su plantación y comercialización- contrastan con el histórico hundimiento que vienen sufriendo esta campaña variedades clásicas y muy extendidas en la superficie citrícola de la Comunitat Valenciana como las navel y navelina, cuyas cotizaciones se han hundido hasta los 0,09 euros el kilogramo, lo que supone la mitad de los costes de producción y ha llevado a miles de agricultores a dejar sus campos sin recolectar las frutas. Según constata el último informe de la Mesa de Cítricos de la Lonja de València, el récord de la temporada 2021/2022 lo acapara la mandarina de origen israelí orri, cuyas operaciones de compraventa en origen se sitúan entre 1,1 y 1,3 euros el kilogramo (entre 14,06 y 16,61 euros/arroba).
Las cotizaciones de las mencionadas mandarinas, que no logran superar los niveles de la campaña anterior, resultan unas siete veces superiores a las de variedades de estas alturas del mes de febrero (como las lane-late, que se pagan entre 0,14 y 0,23 euros por kilo (1,8-3,1 euros/arroba). Entre las mandarinas tardías también destacan los valores alcanzados en origen por las tango y las nadorcott (ambas con valores que se sitúan entre 0,55-0,75 euros/kg). Esta última variedad es propiedad del rey de Marruecos y cuyos derechos en España adquirió el Club de Variedades Vegetales Protegidas, en manos de grandes firmas citrícolas españolas.
Esta campaña citrícola tan dual -en la que siguen por el suelo los precios de las naranjas y el de las mandarinas se sitúa por las nubes- también se han trasladado a las cotizaciones de variedades clásicas del grupo de mandarinas como las clemenvillas (0,31-0,47 euros/kg) y las ortanique (0,21-0,30 euros/kg).
Los productores de la Comunitat Valenciana dejaron de cultivar a lo largo de 2021 un total de 2.056 hectáreas de mandarinos
Sea como fuere, la última Encuesta de superficies del Ministerio de Agricultura refleja que los productores de la Comunitat Valenciana dejaron de cultivar a lo largo de 2021 un total de 2.056 hectáreas de mandarinos. En sentido inverso aumenta de forma relevante la superficie de limón con 1.200 hectáreas. En la fuerte caída de la superficie de mandarinos hay que destacar los bajos precios percibidos por los agricultores en las últimas campañas en las mandarinas más tempranas y las clementinas, debido en gran parte a la competencia de los cítricos procedentes de Sudáfrica, que aumentó en 2021 sus exportaciones de mandarinas a la Unión Europea más de un 30%.
"La guerra de precios se queda"
Respecto a la situación de los precios en origen, la presidenta de la interprofesional Intercitrus, Inmaculada Sanfeliu, dejó ayer las cosas claras durante su intervención en la comisión de Agricultura de Les Corts Valencianes. La dirigente de lobby citrícola del que forman parte los grandes exportadores españoles alertó de que la “guerra de bajada de precios de citriculturas competidoras” (en referencia a Egipto, Sudáfrica, Turquía y Marruecos) con la europea, causante de la “desastrosa” campaña de cítricos 2021-2022, “ha venido para quedarse”.
Sanfeliu reclamó que los productos de países terceros que entren en la UE deberían cumplir las mismas condiciones que las producciones europeas. En ese sentido, espera que la Comisión Europea apruebe en breve el tratamiento en frío para las importaciones de cítricos de Sudáfrica y eleve los controles, tal como anunció recientemente el Comité Permanente de Plantas de la CE ante la presión del sector citrícola español, la Generalitat y el Gobierno de España.
El secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Roger Llanes, anunció ayer durante su comparecencia en la sesión inaugural de la comisión de estudio de Les Corts, encargada de analizar la situación de la citricultura valenciana, la elaboración de un ‘Plan Integral Citrícola’ cuyo desarrollo servirá para establecer las bases de actuación que permitan garantizar la capacidad competitiva del sector en el futuro. Dos de las principales líneas en las que va a incidir este proyecto “son las relativas a los planes encaminados a la reconversión varietal, porque tenemos que conseguir tanto un rejuvenecimiento de los plantones existentes como una configuración más equilibrada del mapa de variedades”, apuntó Llanes. El peso de la citricultura valenciana ha descendido con respecto al resto de España: si en 2012 representaba el 63%, en 2020 es solo el 33% (el resto se reparte entre Andalucía, Murcia y Tarragona). Sin embargo, la Comunitat Valenciana sigue representando el 67% de las exportaciones de cítricos del Estado.
