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La agroalimentación dice que el sector está en "un callejón sin salida"

El lobby de las grandes empresas valencianas del sector describe un panorama "muy complicado", con almacenes saturados, trabajadores en vacaciones y líneas de producción paradas por la huelga del transporte

Barcos de pesca amarrados esta semana en el puerto de Sagunt. | DANIEL TORTAJADA

La situación de la industria agroalimentaria es, conforme se acumulan los días de paro del transporte de mercancías, cada vez más agónica, en cualquier caso «desesperante», tal como la describe a este diario Manuel Laínez, director general del Cercle Agroalimentari de la Comunitat Valenciana, un lobby que agrupa a empresas líderes en innovación en esta actividad entre las que se encuentran Vicky Foods, Importaco, Mercadona, Grupo Chovi o Embutidos Martínez.

Laínez asegura que la situación del sector es «muy complicada». «Hasta ahora, las empresas han ido capeando la falta de suministros con soluciones imaginativas, como el uso de furgonetas, trabajando por la noche o con el apoyo de la policía para desplazamientos de mercancía de cierto volumen, pero ahora ya estamos en un callejón sin salida», asegura. El panorama que describe ciertamente es de enormes dificultades para el desarrollo de la actividad industrial. «Muchas empresas tienen muy pocas materias primas y dos de ellas [que no quiere precisar] han cerrado líneas de producción. Algunas han dado vacaciones a trabajadores, mientras que otras se plantean ya recurrir a ERTE», afirma, antes de añadir que son numerosas las mercantiles que tienen «los almacenes saturados, lo que les impide seguir produciendo, y otras están teniendo problemas con sus clientes, que buscan alternativas ante la imposibilidad de proveerles de productos».

El Cercle Agroalimentari pide que Gobierno y transportistas hagan un esfuerzo para solucionar el paro y apunta que, siendo «esencial la cadena alimentaria, deberían establecerse servicios mínimos para los suministros» en paros como los actuales.

Futuro

Manuel Laínez asegura que, en el supuesto de que la huelga finalice en las próximas horas, la vuelta a la normalidad aún tardará en consumarse. En su opinión, habrán de pasar entre seis y ocho días para que las empresas logren liberar los stocks acumulados y lleguen las materias primas, con unos primeros días de gran confusión «porque todo el mundo querrá que se solucione su problema de forma prioritaria».

Por su parte, la patronal agroalimentaria de la Comunitat Valenciana Fedavoca hizo ayer un llamamiento a la población para que no haga acopio de productos en estos días y evite contribuir, así, al desabastecimiento general de cara al inminente fin de semana por culpa de la huelga de transportistas, que está rompiendo la cadena de suministros y va generalizando las paradas en muchas industrias por la falta de productos o materias con que realizarlos. El secretario general de Fedacova, Sergio Barona, se suma, de esta forma, a la petición del presidente de las cadenas de supermercados representadas en ACES, Aurelio del Pino, quien ha pedido a los consumidores que ejerzan con responsabilidad las compras y eviten que sean «compulsivas» y con acopios masivos, que, «lejos de solucionar el problema, complican aún más la gestión de los stocks en las tiendas». Y es que comprar de más, en una coyuntura complicada como la actual, puede provocar que otros acaben teniendo problemas para obtener ciertos alimentos.

Barona aseguró a este diario que en los lineales de las tiendas de alimentación «hay producto, aunque las reposiciones son más lentas, pero si un consumidor quiere un determinado tipo de leche y ya no queda, hay de otros». El directivo precisó que los grandes mercados mayoristas de la Comunitat Valenciana «funcionan bien». «Somos un cogollito privilegiado», añadió para indicar que la autonomía es rica en muchos de los productos básicos para la alimentación.

Sectores

Y es que el ejecutivo afirma que los problemas están afectando a aquellos sectores económicos de la agroalimentación en los que la región tiene déficit y debe traerlos, bien del exterior o de otras zonas de España, mientras que las actividades que producen aquí están solventando el problema de los paros, por la proximidad y porque la huelga está teniendo menos incidencia en este territorio. ¿Dónde están los problemas? Pues, según Barona, en industrias que dependen de fuera, como la de los lácteos -de ahí las paradas en la fábrica de Danone en Aldaia-, las que dependen de los aceites, la panadería (por la harina de trigo) o los frutos secos. La industria cárnica, de momento, no está teniendo contratiempos perceptibles.

Aún así, el secretario general de Fedacova explicó que en la Comunitat Valenciana no hay fábricas que hayan cerrado, aunque sí que han tenido que parar algunas líneas de producción. En otras muchas firmas lo que hay es producto almacenado a la espera de que lleguen camiones para transportarlo.

Consumidores

Por su parte, la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (Avacu) aseguró en un comunicado, tras realizar una visita a supermercados y mercados municipales, que «si bien es cierto que en algunos momentos puntuales del día se ha podido dar en algún establecimiento falta de ciertos productos, como pueden ser leche, aceite o pasta, estos se van reponiendo a lo largo del día, existen otros productos similares como alternativa y buscando en diferentes establecimientos podemos encontrar de todos los productos». En consecuencia, Avacu lanzó «un mensaje de tranquilidad».

Tras el acuerdo del sector con el Gobierno, una parte de la flota pesquera de la Comunitat Valenciana ya ha vuelto a faenar, según explicó ayer a este diario el presidente de las cofradías de pescadores de la autonomía, Vicente Pérez, quien no pudo precisar qué porcentaje de los cerca de 400 buques que faenan en aguas valencianas ha vuelto a la actividad.

El dirigente pesquero indicó que una parte de las embarcaciones había decidido permanecer en puerto principalmente por dos motivos: por el mal estado del mar por culpa de las lluvias, lo que provoca que se queden en puerto los buques más pequeños y menos potentes, y porque esperan a ver cómo se concretan las medidas pactadas con el Ejecutivo relacionadas con el combustible.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, se ha comprometido con el sector a «limitar al máximo el impacto del incremento del coste del gasóleo sobre las cuentas de explotación», que se sitúa en un 30 % en la flota artesanal y en más de un 50 % en las de altura y bajura. El Gobierno propone anticipar pagos con fondos de la Unión Europea o la exención de tasas portuarias. Una parte del sector todavía recela. Además, no hay que olvidar, como recuerda Pérez, que muchos pescadores, sobre todo los que no venden en zonas próximas a las de captura, temen que su producto se quede bloqueado por la huelga del transporte.

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