Hay que remontarse a 2012 para encontrar un año desde la Gran Recesión en el que las entidades financieras acumularan tantos cierres de oficinas en la Comunitat Valenciana. Hace justo 10 años fue el peor de la crisis financiera, con el hundimiento de Bankia justo unos meses después de las intervenciones de la CAM y el Banco de Valencia. Aquel ejercicio comportó el cierre de 740 establecimientos bancarios. Desde entonces, la banca, precisada de mayor rentabilidad con unos tipos de interés al cero por ciento e inmersa en un proceso de digitalización que quiere trasladar a los clientes al mundo de internet para las operaciones corrientes, no ha cesado de echar el cierre a sus locales de atención al público.
No obstante, en esta última década el sector no había cerrado tantas clausuras como las que clausuró el año pasado. El uno de enero de ese ejercicio lo inició con 2.157 oficinas y lo terminó con 1.800. Por tanto, una disminución de 357, equivalente a un 16,5 % menos, según los últimos datos del Banco de España. Si se echa la vista a 2008, cuando comenzó la primera de las tres crisis que ha sufrido el país recientemente, el cierre de sucursales es descomunal: casi dos tercios. En dicho año, la Comunitat Valenciana alcanzó el número máximo de establecimientos bancarios con 5.061. Fue el punto y final del boom inmobiliario y financiero de los años anteriores, en los que, singularmente por culpa de las cajas de ahorros, se produjo una gran expansión territorial. Como consecuencia de ello, España alcanzó una de las mayores ratios del mundo de oficinas respecto a población.
Proceso
Tras la Gran Recesión, el sector bancario experimentó una gran concentración. Desaparecieron casi todas las cajas de ahorros, que acabaron en grupos a la postre reconvertidos en bancos. La Comunitat Valenciana fue una de las principales perdedoras en aquel proceso, si no la más damnificada. De hecho, buena parte de la significativa reducción de sucursales de 2021 procede de los coletazos de aquel acontecimiento. Y es que la absorción de Bankia por CaixaBank, las dos con sede en València, ha conllevado el cierre en toda España de unos 800 establecimientos, entre ellos un buen número en la autonomía. Además, otras entidades financieras, aunque no hayan entrado en procesos de concentración, también han seguido la misma dinámica de reducir su red.
Pese al abultado descenso de 2021, la Comunitat Valenciana se mantiene como la cuarta autonomía con más sucursales bancarias, por detrás de Andalucía (3.309), Cataluña (2.308) y Madrid (2.242). A cierta distancia de sus 1.800 oficinas aparece en quinto lugar otro territorio extenso -Castilla y León- que se queda en las 1.322.
