El Gobierno ha decidido permitir que los comercios puedan limitar la cantidad de artículos que puedan ser adquiridos por cada comprador en el marco de las medidas de urgencia para evitar desabastecimientos. Según la ley del comercio minorista hasta ahora vigente como marco general, "los comerciantes no podrán limitar la cantidad de artículos que pueden ser adquiridos por cada comprador ni establecer precios más elevados o suprimir reducciones o incentivos para las compras que superen un determinado volumen. En el caso de que, en un establecimiento abierto al público, no se dispusiera de existencias suficientes para cubrir la demanda, se atenderá a la prioridad temporal en la solicitud". Según publica este miércoles el 'Boletín Oficial del Estado' (BOE), se aprueba la modificación de la le ley 7/1996 de ordenación del comercio minorista por lo que "excepcionalmente" y "cuando existan circunstancias extraordinarias o de fuerza mayor que lo justifiquen, los establecimientos comerciales podrán suspender con carácter temporal la prohibición prevista en el apartado 2 de limitar la cantidad de artículos que puedan ser adquiridos por cada comprador".

Según la normativa aprobada, "estas medidas deberán estar justificadas y se adoptarán de manera proporcionada cuando sea necesario para impedir el desabastecimiento y garantizar el acceso de los consumidores en condiciones equitativas".

Según la ley del comercio minorista hasta ahora vigente como marco general, se prohibía expresamente limitar las unidades de compra por cliente: "Los comerciantes no podrán limitar la cantidad de artículos que pueden ser adquiridos por cada comprador ni establecer precios más elevados o suprimir reducciones o incentivos para las compras que superen un determinado volumen. En el caso de que, en un establecimiento abierto al público, no se dispusiera de existencias suficientes para cubrir la demanda, se atenderá a la prioridad temporal en la solicitud".

La asociación Facua-Consumidores en Acción considera "una irresponsabilidad" que el Gobierno dé carta blanca a los comercios para que puedan limitar el número de productos que los usuarios pueden adquirir, a la vez que suben sus precios. La asociación advierte de que estas limitaciones son las que provocan y anima el acaparamiento de bienes y el desabastecimiento, además de "permitir la especulación con los precios con el argumento de la escasez de los productos a la venta".

Facua critica que sean los empresarios los que decidan cuándo la aplicación de la medida "está justificada y es proporcional", dejando en sus manos cuándo y cómo limitan las unidades que ponen a la venta. Con la falta de mecanismos de control del mercado, la asociación considera que esto "puede provocar que muchos lo hagan con el fin de conseguir incrementos de ventas al tiempo que suben los precios".

La reforma legal, que es asumida por las comunidades autónomas que tienen competencias en comercio, pretende dar respuesta legal a la decisión tomada en las últimas semanas por el sector de la distribución ante la constatación de que los clientes estaban acaparando producto en sus establecimientos. Esta situación afectó de manera puntual al aceite de girasol, por ejemplo, ya que Ucrania es uno de los mayores productores mundiales y principal origen de las importaciones españolas de este producto. El 'fenómeno del papel higiénico' registrado durante la pandemia, por el que los consumidores multiplicaron la compra de este producto, también es caso de estudio en el sector de la distribución, sin aparente causa o limitación en la producción. El efecto posterior fue un freno en la venta posterior, ya que el consumo no aumenta.

Las empresas de supermercados decidieron limitar las compras de aceite de girasol en las últimas semanas para evitar la imagen de estantes vacíos, pero al mismo tiempo han insistido en la "irracionalidad" de los acaparamientos ante un sector con capacidad suficiente para sustituir productos por otros.

La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) considera que la demanda "anómala" afecta a un número muy limitado de productos relacionados con el aceite de girasol procedente de Ucrania y que "existen alternativas tanto de origen como de producto". El propio presidente de Mercadona, Juan Roig, reconoció recientemente que las firmas de distribución detectan que el alza del consumo súbito causa más problemas a los supermercados que beneficios, aunque puedan subir los precios, al dificultar el ritmo de aprovisionamiento y frenar las ventas posteriores en ese mismo producto.

En el caso de los aceites, España es primer productor mundial en varias de las familias de productos. Produce tres veces más de lo que se consume en el mercado interior. Por ello, ante la falta de aceite de girasol pueden potenciarse las ventas de aceites refinados o de otro tipo de semillas.